Cuenta
la leyenda, que ambos escritores fallecieron en el mismo día, uno inglés el
otro español. El año pasado se celebraba
su IV centenario de este hecho, que voy un tanto retrasada en el homenaje, es
indiscutible. La cuestión es que yo sigo celebrando su cuarto centenario.
Mientras en el Reino Unido los homenajes a su gran bardo comenzaban, en España
nos retrasábamos un poco en el tiempo y sus actos gubernamentales. No era así en el mundo inmediato
de internet con sus foros literarios, en uno en especial se creó la iniciativa de ir leyendo cada mes una obra de
“Las novelas ejemplares” de Miguel de Cervantes y Saavedra, y una William
Shakespeare.
“Quien
bien tiene
y mal escoge, del
mal
que le venga
no
se enoje”
Aunque
no estoy registrada en ese foro, me agrado la idea ya que mi pensamiento
inicial era releerme “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, encontrar
a su vez una buena edición de “La Galatea”, para buscar en ella cierta frase
que me fascina, pero que casi todo el mundo, la supone del “Quijote”. Dejé por unos meses mi propósito,
comenzando así la odisea de ir leyendo a los dos grandes de la literatura
universal, cada mes una obra. Mis razones fueron muchas, como he dicho con
anterioridad me gustó la idea, la siguiente razón fue más personal, me chirrían
los dientes cada vez que veo, en alguna página de literatura artículos de la
índole “Libros que decimos que todos leemos, pero es mentira” La cuestión de ir
a lardeando de lo que no somos, asumiendo una cultura que no se tiene en
realidad, me saca de quicio. Me asquea.
“Los días
son cual noches, para mí, hasta no verte,
y las noches son días, cuando en sueños te veo.”
Soy
un bicho raro porque a mí me gusta hablar, con un conocimiento propio, para
poder exponer con una conciencia justa, mis conclusiones. Sobre todo cuando hoy
en día esta tan de moda denostar a los clásicos, con la coletilla de “son
aburridos” por dios, que de insensatez
hay por las cabezas pensantes.
Disfruto mucho de ellos, ahora mismo es lo que
más leo, e incluso estoy en un club de lectura de clásicos, que cada dos meses
las votaciones son de lo más reñidas. Los clásicos me hacen valorar el rico
vocabulario español, y sin sentirme estúpida voy apuntando aquellas, palabras
que no comprendo.
“El
amor es invisible y entra y sale por donde quiere,
Sin
que nadie le pida cuentas de sus hechos.”
Asumo
un mea culpa, en lo referente a nuestro Miguel de Cervantes, pues es cierto que
solo había leído al manchego hidalgo, siendo más larga mi lista de obras leídas
del tito Willy, tal como lo nombramos entre un grupo de amigas, muy asiduas a
él y con la desvergüenza que nos caracteriza. Y como me molesta tener libros en
mi librería para coger polvo, me ha venido muy bien el cuarto centenario del
año pasado.
"¡Hermanas
fatídicas, enlacemos las manos!
¡Mensajeras de la tierra y el mar, giremos,
giremos!
Tres
vueltas por ti, y tres por mí, y otras tres para que sean nueve.
¡Silencio!...
Acabó el conjuro."
Mi edición de las obras de Shakespeare es de
la editorial Aguilar, obras completas I tomo de papel de biblia y comprenden
las tragedias:
vHamlet, Príncipe de Dinamarca.
- v La tragedia de Macbeth.
- v Otelo, El moro de Venecia.
- v La tragedia de Romeo y Julieta.
- v El Rey Lear.
- v Antonio y Cleopatra.
- v Coriolano.
- v Julio César.
- v Timón de Atenas.
- v Tito Andrónico.
- v La primera parte del Rey Enrique IV.
- v La segunda parte del Rey Enrique IV.
- v La vida del Rey Enrique V.
- v La primera parte del Rey Enrique VI.
- v La segunda parte del Rey Enrique VI.
- v La tercera parte del Rey Enrique VI.
- v La famosa historia de la vida del Rey Enrique VIII.
- v La vida y muerte del Rey Juan.
- v El Rey Ricardo II.
- v La tragedia del Rey Ricardo III.
En
libros sueltos que me he ido comprando desde adolescente, tengo “Sonetos” dos
ediciones una de ella bilingüe, esta siempre me acompaña, cuando voy de viaje;
“El mercader de Venecia” una de mis obras favoritas, siento debilidad por
Shylock. “Noche de reyes”; “Sueño de una noche de verano”; “Mucho ruido y pocas
nueces” y como no mi favorita de todas
“La fierecilla domada”, adoro las películas de Elizabeth Taylor y Richard
Burton, como la versión española con nuestra estimada Carmen Sevilla y Alberto Closas.
¡Hay que verlas! Ya sé que me dejo muchas más películas que merecen ser mencionadas
y vistas, si me pongo a ello no subo entrada hoy y esta puede ser una buena
opción para crear otra.
Pero
ante todo hay que leer, no despreciemos su lectura, por la facilidad de estar
viendo una película. Si, si es el momento justo, de ir por la frase manida “no
es lo mismo leer un libro, que ver una versión abreviada comiendo palomitas”. Y
no señores, no es lo mismo. Por ello sigo leyendo poco a poco sus tragedias,
quizás lenta pero constante, me maravilla lo poco que ha cambiado el ser
humano, desde la época Isabelina. Cuanta capacidad para expresar los matices de
cada sentimiento, carácter o forma de ser, sin que lo vea desmenuzado por los
siglos, convertido en polvo.
Unas
tragedias gustarán más y otras menos, pero estoy segura de que ninguna dejará
indiferente. Es imposible no encontrar un párrafo, un dialogo el cual no te
diga algo personal o no te haga pensar.
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