miércoles, 11 de marzo de 2009

Memoria peliculera


Ayer fue de esos días, que debería haber hecho muchas cosas, pero lo único que conseguí fue irme por las veredas de cualquier otro mundo, ¿soñadora?, no sabría decir, creo que la respuesta adecuada sería vaguitis aguda. Ensimismada en esos lugares pensaba necesito dar algo hoy, me enfrasque en buscar colores para regalar, arco-iris, recordé el que hace poco vislumbre desde un avión, y fue mi perdición.

Y como cuando estoy perdida mi manera de encontrarme es meterme en la librería, es lo que hice. Ya tenía en mis manos dos libros, preciosos ellos, pero ese rabillo de ojo tan indiscreto que tengo me hizo la mala jugada. Mi prima Maite “nena son las seis” hora de meter más moneditas en el contador de zona azul, porque como hay que pagar por aparca en tu propia calle pues a fastidiarse se dijo, en fin con esas prisas ¿qué podía hacer? Después de todo siempre caigo en las tentaciones, y esta que me hace ver y retener en mi mente otro libro que adoro, pues a la caja como si fuera el corre caminos.

Naturalmente cuando llegue a casa, se disipó la emoción un poquito, porque mi mente me jugo una mala pasada en la Abadía de Northanger (tita Austen naturalmente), solo se nombra una vez en el libro y por el personaje que peor me cae, mientras que en la película cambian los libros de hay mi equivoco, ¿Cuántas veces, se superponen imágenes de un film por las letras escritas? Para otra ocasión caerá en mis manos Los Misterios de Udolfo de Ann Radcliffe. Ahora toca ver cuánto de malvado tiene El Monje de Matthew G. Lewis. Por que hasta mi loba cordobesa quería hacer un cambio… yo pensando el “pluf” me puede venir al ver mi limitada memoria, pero por todos los diablos tengo un gótico por no decir el Gótico, ¿cambio qué cambio?

De todo lo ocurrido ayer, he sacado una idea, tendré que hablar con mis Lobas, con cierto rayito, para ver si es posible, pues la verdad últimamente estamos todas con mil cosas, pero yo solo pido un día al mes.

Es indispensable hacerme una lista de los libros que salen en mis libros predilectos, que si no ha salido mal esta vez la próxima, puede ser de ¡por favor es que quiero cambiar un libro! Y eso sí es blasfemia.
La solución más lógica sería regalarlo a otra persona que le puede interesar.

Mi día de ayer al final no estuvo del todo en los mundos alejados, saqué un libro y una idea ¿se puede pedir más de un día vago?

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