sábado, 26 de marzo de 2011

Sin sentido.

Llevo un mes y medio buscando cada sábado, una nueva imagen para el blog, un cambio con la idea de que ello me haría escribir todas esas entradas calladas, arrinconadas o por descubrir.

Por mucho buscar, en ocasiones no se encuentra. Las veo encantadoras y con estilos diferentes, entrantes por la vista, pero aun así es como si una gran señal aporreara mi interior en un “parar”, no hay en ellas identificación de mi persona, por muy llamativas divertidas que sea la nueva plantilla, no sería yo. ¿He de ir con los cambios, sin un sentido?

Hoy voy a parar esa búsqueda, por muy inconformista que se pueda ser, no es necesario llegar a la ceguera, para comprender algo tan vital. Cuando no se encuentra y por cabezonería se ha de ir con la corriente, pierdes parte de tu identidad; el blog es algo tan personalizado en una persona como puede ser esa pequeña o grande habitación que consideramos propia, nuestro agradable rincón. De qué puede valer decorarlo de nuevo, si con ello no dices nada de ti. Cuántas veces en esas revistas donde hemos visto esas casas suntuosas, decoradas con tanto estilo, hemos pensado que son de papel, nada habitables, nada confortables, bellas pero tremendamente frías. La imagen en donde ponemos nuestras ideas, sentimientos o locuras, no es transferible a esa ¿casa?

No hace falta un cambio de plantilla en la que no se me identifique, con ello no lograría escribir más asiduamente, sería como entrar en un gran escaparate donde no se puede comprar nada. Prefiero quedarme con esa imagen anticuada, sin luminosidad, donde el confort llega por lo conocido. Buscaba en el exterior dejando el interior sin tocar y es aquí el error.

Sí, ansiaba un cambio y creo que ya lo encontré.

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