viernes, 13 de abril de 2012

H2O.

Hay una ráfaga de viento en el pueblo bastante alarmante, las nubes pasan con una rapidez hacía el mar a dentro. Unas son más grises que otras, se puede imaginar lo cargadas de agua que están, ese vapor alejándose de la costa.

Es curioso hace unas semanas ha llovido, nos hizo lamentarnos por muchas razones y aun así no fue equitativamente para todas las provincias, ni mucho menos suficiente en algunos casos. Uno de los tantos temas que me fascinaban en biología era el agua, sus lluvias, precipitaciones. Hoy en día es una discusión molesta, como esas verdades de algunos políticos que se quedan difuminadas en el sonido estridente en los gritos de las mentiras. Hay tantas cosas ahora mismo que una persona se ha de tomar en serio. En algunos casos podremos hacer una pequeña lucha ante lo inapropiado, lo incorrecto, mas en otras se nos escapa de nuestra naturaleza.

Sería fantástico ser un Wells con una máquina del tiempo, para arreglar el desastre en el cual vivimos, o puede que convirtiéramos esa ayuda, para el egoísmo de unos pocos hambrientos de poder. Mi ideal este medio día, sería tratar el cambio climático o con un solo botón hacer la lluvia caer, claro arreglaría muchas otras cosas, pero siendo consecuente no podría modificar tanto la historia, esa de la cual hablamos pero en realidad poco conocemos. A la gente le gusta decir “yo sé, yo sé” en el impulso de dar credibilidad a su persona como intelectual y educación. Me gustaría pensar que aprendemos de ella, de sus miserias, maldades, locuras y grandezas.

Sé que me estoy marchando del tema central, el agua.

Veo la posibilidad de siempre ayuntamientos, enfrentados por el mejor postor o ayudas entre ellos, no lo tengo claro. Pero aun así veo como un bien común un recurso natural, se convierte en esa sal acreditativa de riqueza. Los campos se van secando ardiendo a los primeros rayos de sol o en la mano del hombre, los pozos secos con los cortes necesarios para el regadío de las materias primas principales, comida. No estoy siendo alarmista, aunque sí sé que es un corte de agua y estar sin ella. Tampoco estoy en un país con carencias esenciales. Y aun así no logramos provocarla ni controlarla en su estado más puro. ¿Qué nos espera en el próximo otoño? ¿Este verano, controlando los fuegos corrosivos? ¿Los cortes de agua? ¿Familias perdiendo ayudas y más embargos por la falta de ello para sus campos?

Me podéis decir alarmante, exagerada, inclusive que hay problemas mayores, como la maldita crisis monetaria, que lleva a toda una familia a no saber de que vivir, ni que hacer, mientras los bancos nos comen como si fuéramos chicharrones.

Mi única defensa es objetar que todo es importante, en algunos casos no puedo poner la balanza en el temor y la certeza de aquello que está mal y trae consecuencias. Y si ya me calla la forma de expresar mis propios pensamientos, que me queda, mirar cómo pasan las nubes llenas de vapor de agua hacia otro lugar. Cuanto tendría eso de conformismo.

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