martes, 10 de abril de 2012

Las lobas en su territorio.

Unas noches atrás, estábamos en unas efervescentes conversaciones, por mi parte reivindicativa total por la receptora avasalladora. Son las buenas charlas de esas madrugadas que cada vez se proliferan menos.

Aun sigo con ella, con pequeños detalles en mi mente, no importa los días que pasen o los meses inclusive años, siempre en ese rincón de tu mente guardaras ese idea detallista de unas palabras, que han marcado. En vez de normales debates nocturnos se convierten en buenas apreciaciones constructivas. Lo hace mucho más especial el que llegue de una amiga, la cual sin temor alguno te suelta la perla de la verdad por mucho que duela, sin que tu lo esperes.

Esa unión es mística, pues en nuestros tiempos lo correcto es siempre ser políticamente educado hasta en callar las realidades. Hoy nadie quiere problemas, con una media sonrisa, una aceptación de cabeza, es lo que recibes mientras piensan otra cosa. Tener esa compañera nocturna y diurna que no teme a nada y mucho menos a hacerte daño sin maldad, es un privilegio, un tesoro que algunos miraran de reojo. Para mí todo un lujo de poseer. Las verdades duelen, no seamos hipócritas.

Lucía de Vicente, llevas mucha razón, qué grande eres en momentos así.

Puede parecer una sandez, que con el tiempo se convierte en toda una burrada, llamémosle dejadez, tampoco es la palabra adecuada, veamos el planteamiento sería este “no te das cuenta de algo” tan simple como eso, que cuando es a pequeña escala no requiere significado alguno, solo ser memo, con lo cual al agrandarse tu ceguera y tontería de seguir en el mismo camino, se hace una salvajada de mal gusto e incluso de falta de fidelidad a la amistad.

¿Por qué todo esto? Me considero una persona muy corriente, que tiene el desahogo de escribir con o menos acierto las cosas más cotidianas de su vida, tenga o no lectores, yo me limpio por dentro de mis ideas y eso era lo normal. Tengo a blog's que leo que me son conocidas las autoras y entre otros a las que sin duda alguna yo considero AMIGAS.

Lo típico nos queremos por que nos respetamos aun en nuestras oscuridades y días malos, en ocasiones nos cuesta volver a ser nosotras mismas inclusive mantener esa fidelidad, lealtad y amor, por la sencilla razón de la lejanía en algunos casos y la cruel desgana, pero una vez salvado todos esos rescoldos que nos pone la vida, seguimos siendo, UNA en ese sentido único de la unión femenina, de los años, de las lagrimas, risas, perdones y fallos que hayamos podido tener.

Entonces porque puñetas nunca tengo una entrada para sus libros.

Son escritoras no son trabajadoras comunes, no les elogio, no cuento cuan orgullosa estoy de unas portadas, sus frases, tramas, personajes, documentación o traducción según el caso, ni qué vergüenza tímida me da al verme en sus agradecimientos. Hablo en mi blog de esos tantos libros pero no de los suyos, para mí el tenerlas agregadas como blog, era lo suficiente. Pero suficiente en ¿qué? En decirles por lo bajito y privado, todas esas emociones, mientras que grito las de otros autores. Es muy cierto que jamás han usado nuestra amistad para pedirme que hablara de ellas, de sus magníficos libros. Teníamos como un pacto silenciado quizás ante esa utilización, pues mi blog no se usaba para críticas de libros masificadas. ¿Lo teníamos? O solo estaba en mí y no me daba cuenta de tal ceguera.

No lo sé, puedo escribir ahora que todo ello va a cambiar, no porque ellas me lo hayan pedido, que nadie vaya a pensar que una amistad es como una letra de cambio que se usa y se tira al mejor postor, voy a escribir sobre mis AMIGAS por la sencilla razón de que es mi Blog, es mi vida, ellas están en ella y me sale de las narices.

Ahora eso sí, que nos una unos lazos como he intentado describir, no quiere decir ni por asomo, que todo lo que escriban, traduzcan etc me tenga que gustar, una cosa es mi amor por ellas y otra muy distinta mi gusto literario, yo no uno las dos cosas por más que se dé a la posible duda.

Por ellas.

1 comentario:

Lucía de Vicente dijo...

¡Eres la leche, niña! Pero como tú bien dices, te queremos en tus luces y tus sombras.
Un beso enorme, preciosaaaaaaaaa
Te quiere,
Lu