jueves, 19 de mayo de 2022

El Club de Lectura

 Este año, decidí apuntarme al Club de Lectura de la Biblioteca del pueblo. Llevaba años con la idea, tantos como los que llevo vividos aquí, pero la ocasión no se daba, no la buscaba, esta si es una forma adecuada de decirlo, yo misma, no la buscaba.

Se me hacía como un viaje a una “historia interminable,” sin que me acompañara ni Atreyu y mucho menos Sebastián, eso de movilizarme de mi casa, para salir a la calle a relacionarme con otras personas, desconocidas, sin saber si me gustarían o no, no, me frenaba, por mucho que el germen de la idea estuviera removiéndose y cambiando en mi pensamiento año tras año. Me conformé con algunos Club de lecturas de las redes sociales, bueno del Fb, porque otra no tengo. Divertido, y aunque no profundice en amistades, sí fui rica en lecturas y descubrimientos. Pasaron unos que emigraron a otros lares y llegaron otros, de todos he guardado buenos recuerdos, si me apuran y me pongo filosófica podría decir que de esos, llegue con entusiasmo a este, del cual quiero hablar hoy.

Mi tono parece frívolo, sin querer dar importancia. Pero no se engañen, este año, el ir leyendo cada mes un libro, fuera de mis habituales gustos, que son extensos. No sólo descubrí, autoras y autores, formas de escribir nuevas, interesantes, que eso visto desde un punto real, lo encontraba de todas las maneras en los anteriores, pues es la columna vertebral de todo Club. Qué fue entonces, para hoy verme inmersa en esta supuesta y futura entrada del blog.

En el Club de Lectura del pueblo donde vivo, lo mejor no son los libros que la JdA te manda sin el peculiar tino, evidentemente sin ver los libros elegidos por el mismo Club, para qué total, lleguen los que lleguen los vamos a leer. Y si alguno de nosotros no podemos ese mes, no llegamos o lo damos por perdido pues en nada nos apasiona, nos emociona y se nos hace un calvario ir pasando lentamente esas páginas. No ocurre nada, no pasa nada, no.

Pues, no sólo se disfruta de la lectura, en algunos casos, la gran mayoría, sino el ir por la calle y coincidir con tus compañeros y pararte ese rato a comentar, como si ya estuviéramos en la reunión, o encontrarnos en los actos culturales del pueblo, clases de acuarela o en la puerta de correos, incluso el hablarnos por el whatsapp. Lo maravilloso justamente es esto, el ver a otra persona con el mismo interés, la misma pasión y el mismo respeto, compartiéndolo. Yo no puedo comentaros cual especial son otros Club's, ni en dónde radican sus encantos, pero en el de esta biblioteca. Es justamente ese, hacemos pueblo y nos entusiasmamos unos a los otros y creamos comunidad. Un sinfín de intereses culturales.

En ese jueves de reunión en la sala, hablamos de todo lo cuál nos transportó la lectura, la riqueza de los autores en crear esos mundos tan maravillosos, entre todos hacemos una mesa redonda mágica, donde el respeto y el entusiasmo por compartir nuestros propios conocimientos, es una piedra angular. Puede parecer poca cosa, pues si es así echadme a mi las culpas por no saber describir y comunicaros todo lo que hay en el Club de Lectura.

Me queda el mes de junio para cumplir un año en él, en estos meses entre todas las sensaciones que me encontré, ligadas al Club se resumían en una simple pregunta. 

¿Por qué tarde tanto?



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