miércoles, 7 de noviembre de 2012

Los hombres de Texas.


Parte de la culpa la tiene mi adorada escritora Susan Elizabeth Phillips, esos personajes masculinos de Texas me pueden, sobre todo si tienen esa cadencia tejana al hablar. Una puede quedar de lo la más entendida figúrate he viajado a Texas; pero sinceramente yo no sé cómo suena esas voces, es la simple imaginación dibujada con el carácter de ellos, lo que me hace suspirar con una sensación de atontamiento enamoradizo. Termino cada libro con las ganas locas de ir a ese estado americano, para probar un poquito de todo lo que me pierdo. Qué no soy de piedra.

Si encima en el programa semanal de españoles por el mundo, me ofrecen ver cómo viven tan divinamente mis compatriotas, que se puede esperar. Me faltan segundos para soñar y desear ir allí, descubrirlo todo tal cual exploradora escondida en el alma. Una pequeña llama nace y calienta todo el cuerpo, la mente, imaginación, el gusto. Ah quien se puede refrenar con el ensueño de encontrar mucho más allá de nuestras manos, lo que creemos que nos falta e incluso lo que desechamos y tenemos al lado. Pues sin duda alguna todo lo lejano, dibujado con maestría por una autora o por un director de programa si nos empuja a desear, tiene que ser mucho mejor. Y el espíritu debilitado por tanta pasión se lleva días, semanas o años soñando con lo que quiere tener y no puede.

Y en esos días con ensoñaciones me encontraba yo, Dallas y pueblos para arriba, Dallas y pueblos para abajo, triunfos, limusinas, dólares y hombre perfecto, bueno, que no se diga me puse dos.  Mujer precavida me busque un español por la cosa del entendimiento. Así que en una noche de esas de tanto soñar te vuelves loca, decidí meter un poco mi vida por vereda y centrarla, abriendo el MSN para charlar con mis amigas, eso sí por nada del mundo les iba a contar en que me enfrascaba las horas del día. Una que abierto se queda mientras espero que lleguen, hago mis cositas por casa tranquilamente y cuando vuelvo a sentarme delante de la pantalla, me veo para gran sorpresa mía, una petición de un tal Eric B. con el coraje que me da eso de encontrados sin querer por el MSN. Con lo difícil que puse mi correo.

 Me pongo a investigar su perfil que ni foto tiene, lugar de residencia, Texas, porque no estaba sentada en la silla sino en el sofá de tres piezas, me dio tal mareo al ver eso escrito en ese perfil anónimo que me caí de lado y menos mal que no me fui pá el suelo. Una esta mayor para tales sorpresas y más cuando llevas soñando con ellas varios días con sus horas completas. Que hago, que no hago, le pregunto a las niñas, igual ellas me quieren presentar a  Eric. Imaginaos ese cosquilleo por el cuerpo, la incertidumbre, las ansias, las gilipolleces… una estando fría y calculadora, sabe de sobra que desconocido no llama ni al MSN y al rellano de tu puerta sino es para venderte la moto, en este caso, o bien para asesorarte sobre sexo en su página o lo más común, para sacarte las contraseñas por que andan aprendiendo a hackerar un poquito. Pero claro… esto se piensa heladamente, yo de hielo no tenía nada en esos momentos. Porque vaya la gracia de la casualidad por no decir pitorreo. Con los minutos me iba caldeando mas ante la curiosidad mala, el deseo de tontear un rato o el quedarme sin ordenador. Pues sí, no vamos a negarlo y si fuera un hombre de verdad, siempre te queda esa duda, que por ache de la vida se acaba de encontrar contigo.

En fin dejemos el cachondeo en esa esquina, que la realidad fue el grito desesperado que le pegue a mi amigo Jordi, mientras llegaban las niñas. Un hombre de confianza que me dijera todo aquello que sabía, pero no quería ver por unos minutitos de nada, pegándose el fuego a mis dedos y a mi conciencia para darle a un acepto amistad. Y naturalmente lo que ocurre en estos casos, los nervios te traicionan, pagando inocentes por pecadores, si hasta me enfade con él. Menos mal que es un santo, que yo soy él y me mando a tomar por saco en menos de un canto. Para cuando llegaron las alarmas de mis amigas yo ya estaba, calmada después de la tormenta. Pero no quemada, ahora busco otra ciudad para ensoñaciones, buscando entre los libros de Susan o puede que me vaya a Madrid con Marcos Pessaro y su Lazo Eterno.

1 comentario:

Lucía de Vicente dijo...

Ten cuidadín con Marcos Pessaro, que ése muerde, jajajaja. Los protas de SEP sólo son capullos, pero no corres peligro físico con ellos, aparte de ese magullamiento general que tanto gusta. Juassss

Besos,
Lu