domingo, 10 de septiembre de 2023

Objetos que te definen en las redes

 


Después de años negando la posibilidad de abrir una cuenta social en un red en especial, caí a mi edad.

Necesito hablar de las lecturas y de los libros de forma que otros con la misma pasión me entiendan y comprendan esto queda muy bonito dicho así la realidad es más bien la respuesta inmediata. Entramos en la modo inmediatez de querer todo al momento sin esperar mucho, lo rápido es el fin. No, desde luego no me voy a poner delante de una cámara, es de Insta de la red que hablo y por que no decirlo me llaman esos sorteos también de algunas editoriales, para cuando me atreva a concursar en ellos. Llevo días buscando tips y más o menos lo tengo claro, he de buscar objetos para las fotos que me gusten o bien con una simbología que sea personal sin copiar es un principio fundamental en la vida no sólo en una red social, tengo que estar activa y crear comunidad, elegir una paleta de colores para las fotos y a la aventura, igual tenemos suerte, no es cuestión de ser muy grande si no de estar.

Hasta aquí esta todo conforme, unos programas para editar fotos en mi portátil, mi cámara digital cargada y salir de vez en cuando por el pueblo con mi tote-bag. Claro ya me ves a mí tal cual turista paseando, parándome como ellos y esperando mi turno de fotos en esos rincones que llaman la atención, es bastante divertido, no me quejo de ello una de las pequeñas cosas que más me gustan, esa sensación de ver por vez primera manteniéndola viva.

La paleta de colores, ya no sé muy bien como llevarla, si bien en filtros o bien en los objetos, que de estos aun he de definirme mejor si me veo en un atasco, piso freno y pregunto, una de las mejores formas y maneras de ser práctica. Después de comer me voy al grupo familiar, no voy a esperar mucho más, porque una se define de una manera se ve de ella, pero ese reflejo igual no es lo que ven los otros.

 En fin no es mejor ir a una aplicación de hacer amistad y buscarse rolletes, en vez de estar dando vueltas y vueltas a ideas, no sería más placentero... No, es mejor estar con las ideas alborotadas de esta forma más a piel y no por creatividad...aún cuando lo que surja sea bastante simple pues de genios ya sabemos que no entramos a esa liga.

 Será, yo no me opongo pero ahora mismo mi cuerpo y alma pide un fandango ingenioso así pues aquí estamos con esta entrada contándolo.

Y seguiré con mis entradas de lecturas aquí, pero allí creare de otra forma.

lunes, 4 de septiembre de 2023

Verano disfrutón, adiós

 


Oficialmente aun no se ha ido el verano hasta el día 23 nada, pero lo cierto es que aun cuando tengo playa a unos siete minutos y piscina en lo que tarda el ascensor en subir y bajar. Voy a ir despidiéndome del verano aun cuando baje algún día. Con esto no se debe de pensar que no aprovecho la playa en las demás estaciones, en verdad, voy más en cualquier otro momento que en verano, pero este ha sido distinto, sí, cuando coincido con mis amistades o conocidos antes del típico saludo me sueltan a bocajarro “estás morena”, yo les sonrió y les contesto voy a la playa casi todas las tardes o bajo a la piscina, este año me dedico a disfrutar.

¡En trece años es el primer año que me ven morena!

Y no me quejo, estos meses cada dos por tres bajaba si no a la piscina con la familia, en especial con mis niños y mi hermana Chio, nos íbamos a la playa para las horas donde el sol no hace daño, me he comportado como una veraneante más que llega en verano rebozándose en la arena. En fin yo iba con mi silla, pero aun así me ha dado la orillita... y sus mareas una o dos vueltas de no dejarme salir y llenarme hasta el moño de la consabida arenita.

Una cena con mis amigas y compañeras TCAE, riquísima la hamburguesa y toda la cena y la música el fondo de las canciones de ABBA. Risas charlas fotos Divinas de la muerte y luego al tomarnos una cerveza a la terraza del Cochran's y más fotos como si fuéramos un grupo de modelos para ponerlas en el estado del Whatsapp, una noche inolvidable, gracias a ellas y sobre todo a Loleta.

Veraneante total, si señor, me ha faltado una pamela y las gafas de sol, un móvil último modelo con el cual pagar hasta una botella de agua a 50 céntimos.

Ahora eso de estar parada en la calle, cerca de una puerta del restaurante y que me hablen en inglés también, gracias a cierta visita cuan Lady va paseándose por el pueblo, suelo decirle que es más pinta de alemana, pero ella dice que inglesa y su marido Antonio le dice “no mujer, tú un mix entre asiática y anglosajona”. Qué bien me lo pase con ellos dos los pocos días que estuvieron, disfrute muchísimo, haciendo de cicerone por el pueblo, enseñando las calas, la librería Europa visita que nadie debe perderse con solera mágica, la tarde en la playa hasta las tantas, las plazas, rincones singulares, los bares y restaurantes donde vamos a comer los del pueblo, paseando tranquilamente, para que hagan fotos, las tiendas donde comprarse los unicornios, las exposiciones de acuarela y todo eso regado de risas, muchas risas, charlas y más charlas, los bancos fresquitos de las calles a la sombra y los helados de la Ibense.

Dicen que volverán en Navidad.

Esas visitas inesperadas de mis sobrinos tan hombres ya y mi prima Anacleta, esas risas nada más ver su figura a los lejos llena de emoción y nerviosismo, esa comida rápida en el restaurante para ir al Parador a tomar el cafelito, mirar a otra mesa y ver la jarra de sangría... ¿pega detrás del café una jarrita de sangría? Doy fe está de locura que pena que no fueron dos.

Y sobre todo esas noches de verano, charlando en la cama ya fresquitas las dos hablando desde una ciudad que es la mía y de un pueblo donde vivo ahora, cuantas risas a carcajadas, cuantas sonrisas y, historias de las nuestras, cuánto amor. Mi prima, lleva todo un año cuidando de mí dos para ser exactos, ella sabe y yo sé porque lo digo. En la próxima visita de alguna de las dos toca unos cuantos de café americanos como decían nuestras augustas madres y unas cuantas horas más.

La tribu pequeña de los Rodri, tiene una chiquitina preciosa más nos turnamos para cogerla y apunto estamos de cronometrarnos entre unos y otros, ellos son casi todos del verano no hay mes en que no celebremos un cumpleaños o dos ya a conjunto para ahorrar tiempo, ir con prisas, la calor, buscar regalos encontrarlos... y tu te preguntas por que las calles no tienen más aspersores de agua y entre cada fiesta otra más, pues nos gusta mucho reunirnos hacer barbacoas en el campo, irnos de a la playa o piscina, tomar café en las cafeterías sabedores de que nos pueden poner la etiqueta de no se aceptan familias tan... grandes... Una Gran Familia en su forma más categórica. En los que nos gusta estar juntos y hacer recuerdos, guardarlos para la memoria y para sonreír esos días del invierno.

El verano son sólo varios días más, fue divertido este año hasta el próximo, adiós, adiós.


No, no, no aun falta el veranillo del membrillo y de San Miguel, no guardes las toallas ni las pelotas.


domingo, 3 de septiembre de 2023

De Italo Calvino a casa


Seguramente me estoy repitiendo, lo habré escrito alguna vez de pasada por alguna entrada o quizás y lo más seguro, en alguno de mis cuadernos de lecturas.

Por que hay autoras y autores que me llevan a sumergirme otra vez. En aquellas risas de mi madre, la voz de mi padre contando anécdotas sentado en su silla, los pasos de mis hermanos por el salón, la radio puesta, la puerta que se abre y entra una de mis hermanas que sube de la casa de la vecina, el trastear de la comida que preparaba la abuela, los olores, hasta la luz y su temperatura se introduce en mi respiración sin que esto sea posible, las sombras de la casa y el sonido tenue del insecto entre las macetas.

Ayer al atardecer comencé un libro de un autor, de los pocos que en realidad quiero tener al completo en mi biblioteca particular, esté en concreto es un préstamo de la biblioteca pública del pueblo, porque con Magui del canal “Bitácora de libros”, intento hacer el #RetoBitacoraCalvino que propuso por el centenario. Naturalmente hablamos de Italo Calvino.

Es una edición con sus considerables años de Alianza editorial título “Colección de arena”, las hojas están un poco duras con los tonos anaranjados ya de pergamino, pero todo ello da lo mismo, empezar a leerlo fue para mi una sensación mágica, de las que entran por la columna vertebral se aposenta con cosquilleo por el aparato digestivo y luego pasa hasta quedarse por la corriente sanguínea como si fueran mariposas incandescentes que se apagan y encienden, reconfortando.

Y mientras, alcanzo la mano por la mesa buscando los post-sit que necesito para marcar un frase, un párrafo, llega la imagen de mi casa y la voces, sonrío; quisiera estar hablando con mi padre sobre lo que deseo anotar y discutirlo, escuchar su opinión, ver sus gestos, su brillo al mirar, en ese punto recojo por los pliegues del sofá el móvil, voy al grupo familiar. ¿Papá tenía libros de Italo Calvino en casa? ¿Lo recordáis? Una imagen confusa entre brumas se va desdibujando “El barón rampante” y no puedo asegurar que no sea mi deseo o un recuerdo real. Mientras espero contestación, en mi mente ya suena la conversación con mi padre, contándole que me hace sentir, recordar y a dónde me lleva la lectura, a cuáles situaciones, con cuantos otros libros voy hermanando este.

Miro sin mirar mi biblioteca, pues las baldas de mis retinas son las suyas de entonces. Veo la biblioteca fija y aquella la itinerante, nutriéndose de libros, prestados, comprados por un impulso en la librería, en conjunto con algún miembro familiar de las que vas haciendo colección por editorial o del quiosco, que sabes que una vez haya pasado por todas las manos irán a otras desapareciendo de su balda.

Es por esto, por lo que ahora mismo soy tan selectiva a la hora de comprar y desear acapararlo todo, porque son estos autores, que me conmueven y me llevan y me traen de nuevo, los que quiero en mi biblioteca. Cuando descubro algún homenaje, reto, centenario, voy leyendo poco a poco.

Pues tengo la seguridad de que cuando cierre sus páginas, me haré siempre la misma pregunta ¿tiene sonoridad un libro? Y me responderé sí, como ya escribió Natalia Ginzburg para mi tienen un “Léxico familiar”.



jueves, 17 de noviembre de 2022

40 aniversario de "La casa de los espíritus"

 



Fue el día 10/11/22 hace unos cuantos días ya, y yo voy a continuar escribiendo está entrada que deje por la mitad.

Recién he terminado de ver un encuentro con Isabel Allende por el 40 aniversario de su obra “La casa de los espíritus”.

Maravilloso el encuentro, divertido, entrañable, interesante, ha tenido de todo en su dosis justa, una tarde noche de esas que, por sorpresa, son sumamente encantadoras y gratificantes.

No me he podido resistir a buscar mis ejemplares, tengo dos. Uno de ellos ahora mismo está a mi lado y el otro guardado en una caja con otros libros. La fecha exacta, el año y momento de mi vida en que lo leí por primera vez sería entre mis desdieseis y diecinueve años, en otro momento es imposible, hasta aquí es donde llega mi memoria, ya si me pregunto cuál leí primero de la autora dudo, pues no sé si fue antes “Paula” o “La casa de los espíritus”.

En fin, son detalles inocuos que más que aportar, impiden el desplazamiento hasta un punto concreto. Mi viejo ejemplar es un libro normal para una adolescente, consumidora habitual de lectura y compradora compulsiva, de bolsillo más asequibles, manejables que permite comprar más de uno a la vez. Con el retrato de una niña con un gran lazo en el pelo y una camisa blanca en la cubierta granate. Me enamoré de la historia, Rosa con su pelo verde, me entusiasmó su hermana Clara, Férula y Blanca, cuántos maravillosos personajes, principales, secundarios, que ramillete femenino, con sus historias tristes, bellas alegres y dramáticas. En aquellos años, una podía permitirse el lujo de releer tantas veces como fuera necesario, para calmar sus ansias y ganas de una obra, y yo, era igual a todas las adolescentes de mi época, llego un momento que sentí miedo con la posibilidad de que mi ejemplar, no durara otra lectura más. Y lo sacie con el descubrimiento de la película gracias a mi hermana Chio, con otras obras de la autora y comentando con todo aquel que me quisiera escuchar, sobre ello, mi familia, mis amigos, toda mi cercanía, conocía la pasión desbordada por “La casa de los espíritus” por Isabel Allende.

Tanto era así, que llego un cumpleaños, R&J subieron a casa, antes de salir a celebrarlo, por regla general, y todo aquel que sepa un poco sobre mí, sabe que es muy difícil regalarme libros, pues se cae en esa posibilidad, de que esté con anterioridad en mi biblioteca particular, por lo tanto, a menos que yo lo diga, no hay libros como regalo.

R&J desde siempre estas cosas se las han pasado por el forro de sus abrigos y efectivamente, ese año como otros me regalaron un libro, expectantes todos al romper el papel de regalo poco a poco va apareciendo una cubierta en tonos beig, sepias. Una cara que yo ya conocía de hace años, una niña con un precioso lazo blanco en el cabello, con unos grandes ojos rasgados me miraba seria y contenta supuse yo. En la edición trade es decir tapa dura de Plaza & Janes tenía en mis manos mi segundo ejemplar de “La casa de los espíritus” en esta ocasión, no me dedicaron ninguna palabra bonita, pero si en los siguientes libros que me han regalado desde entonces y espero que muchos más. Es tan bonito rememorar, todos esos momentos.

Desde el otro día, sigue en el sofá, no lo he devuelto a su balda, está aquí, esperando que llegue el próximo año, cuando vuelva a sus páginas y disfrute como nunca, de otra visita a la familia Trueba.

Han pasado 40 años ya.