jueves, 17 de noviembre de 2022

40 aniversario de "La casa de los espíritus"

 



Fue el día 10/11/22 hace unos cuantos días ya, y yo voy a continuar escribiendo está entrada que deje por la mitad.

Recién he terminado de ver un encuentro con Isabel Allende por el 40 aniversario de su obra “La casa de los espíritus”.

Maravilloso el encuentro, divertido, entrañable, interesante, ha tenido de todo en su dosis justa, una tarde noche de esas que, por sorpresa, son sumamente encantadoras y gratificantes.

No me he podido resistir a buscar mis ejemplares, tengo dos. Uno de ellos ahora mismo está a mi lado y el otro guardado en una caja con otros libros. La fecha exacta, el año y momento de mi vida en que lo leí por primera vez sería entre mis desdieseis y diecinueve años, en otro momento es imposible, hasta aquí es donde llega mi memoria, ya si me pregunto cuál leí primero de la autora dudo, pues no sé si fue antes “Paula” o “La casa de los espíritus”.

En fin, son detalles inocuos que más que aportar, impiden el desplazamiento hasta un punto concreto. Mi viejo ejemplar es un libro normal para una adolescente, consumidora habitual de lectura y compradora compulsiva, de bolsillo más asequibles, manejables que permite comprar más de uno a la vez. Con el retrato de una niña con un gran lazo en el pelo y una camisa blanca en la cubierta granate. Me enamoré de la historia, Rosa con su pelo verde, me entusiasmó su hermana Clara, Férula y Blanca, cuántos maravillosos personajes, principales, secundarios, que ramillete femenino, con sus historias tristes, bellas alegres y dramáticas. En aquellos años, una podía permitirse el lujo de releer tantas veces como fuera necesario, para calmar sus ansias y ganas de una obra, y yo, era igual a todas las adolescentes de mi época, llego un momento que sentí miedo con la posibilidad de que mi ejemplar, no durara otra lectura más. Y lo sacie con el descubrimiento de la película gracias a mi hermana Chio, con otras obras de la autora y comentando con todo aquel que me quisiera escuchar, sobre ello, mi familia, mis amigos, toda mi cercanía, conocía la pasión desbordada por “La casa de los espíritus” por Isabel Allende.

Tanto era así, que llego un cumpleaños, R&J subieron a casa, antes de salir a celebrarlo, por regla general, y todo aquel que sepa un poco sobre mí, sabe que es muy difícil regalarme libros, pues se cae en esa posibilidad, de que esté con anterioridad en mi biblioteca particular, por lo tanto, a menos que yo lo diga, no hay libros como regalo.

R&J desde siempre estas cosas se las han pasado por el forro de sus abrigos y efectivamente, ese año como otros me regalaron un libro, expectantes todos al romper el papel de regalo poco a poco va apareciendo una cubierta en tonos beig, sepias. Una cara que yo ya conocía de hace años, una niña con un precioso lazo blanco en el cabello, con unos grandes ojos rasgados me miraba seria y contenta supuse yo. En la edición trade es decir tapa dura de Plaza & Janes tenía en mis manos mi segundo ejemplar de “La casa de los espíritus” en esta ocasión, no me dedicaron ninguna palabra bonita, pero si en los siguientes libros que me han regalado desde entonces y espero que muchos más. Es tan bonito rememorar, todos esos momentos.

Desde el otro día, sigue en el sofá, no lo he devuelto a su balda, está aquí, esperando que llegue el próximo año, cuando vuelva a sus páginas y disfrute como nunca, de otra visita a la familia Trueba.

Han pasado 40 años ya.


martes, 15 de noviembre de 2022

Otoño por Mario Benedetti

 


Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
entremos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran

ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda

aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha



martes, 8 de noviembre de 2022

Reiteración de encorajiná


Empezar una entrada escribiendo “qué coraje me ha dado”, puede acarrear unas cuantas burlas, inclusive esos pensamientos de “esta mujer no sabe escribir” seguido de un “que vulgar” y a todo esto yo lo llamo clasicismo o simplemente le doy la vuelta, cojo el diccionario de sinónimos y pongo “cuánta irritación”. Sea como quiera contestar es tal cual, así me sentí y lo que mi mente llego a deducir, “qué coraje” y aquí lo dejo escrito.

De esas mañanas, regulares, con mil cosas que hacer, recoger la casa pues pareciera que cuando esta ordenada por una habitación las otras por ensalmo de algún espíritu burlón, se quedaron en plan necesitamos tu atención, nada, una vuelve a remangarse las mangas y volvamos a empezar; estudiar esquematizar los temas, preparar un examen, revisar los apuntes, quieres acordarte y reflexionar cual fue la razón que te llevo a echar la matricula..., planificar otra vez el día pues se volvió al revés, arreglarte, respirar, tomar un café, esas mañanas en las que no te dejas nada excepto a ti misma.

Y compuesta y arreglada, te marchas a la calle, tienes otras tareas apuntadas para hacer sin falta, todas esas que no puedes hacer de ordinario y las dejas atesoradas y conjuntadas, para unas pocas horas. Que se estirarán según tus creencias de ser la mujer elástica y llaga a todos los lados o mejor aún, eres la súper amiga del dios Kairós, ni lo conocen en su barrio y te regala ese momento oportuno y en el último segundo. No, la realidad de los segundos, los minutos y las horas es que llegan a ser cortas, cuando más se necesita una mañana se va en dos capítulos de tu serie favorita. Volvemos a reajustar, como cuando hace años llevábamos la ropa a arreglar en la modista, según nos quedara chica o grande, ahora en vez de tela se recorta tiempo y tareas, borrando, tachando, con muchísimo estrés y con la ansiedad de no llegar.

Apuras el momento hasta para llamar al ascensor para subir a casa, con el tiempo justo de preparar la comida, menos mal que tienes todos los ingredientes en la nevera y todo controlado. En este punto de la escritura, tengo unas ganas de llamarme botarate, en fin, mejor decir cuan cándida que fuiste amor.

Sí. A la idea fija de que al menos no has de pasar por el súper y te ahorras esa tarea, le sumas el olvido táctico de no revisar la nevera o la despensa, no me refiero a mirar si falta algún producto, que también, si no ese mirar detenidamente fijándote en sus fechas de caducidad, tener una nevera saneada y una despensa adecuadamente elaborada y productiva. ¡Eres una mujer todo terreno del siglo XXI, no mejor aún del XXII, como tú pocas hay! Ni, a mi abuela se le pasaba la fecha de caducidad. Pues eso, con todos los condimentos cortados, con todo programado en los fuegos, y cuando voy a abrir la lata de tomate, este lleva caducada una buena temporada, nada, no hay apuro, tengo tres latas más. En serio, ¿de verdad?, alma de cántaro, va por lotes, si compras en el mismo día varias o en la misma semana, seguramente serán del mismo lote, traducción ¡MISMA FECHA DE CADUCIDAD! ¿queda claro?, como el agua, ni replicarme me atrevo, me dio muchíiiiisimo Coooooraaaaje.

No, eso no se dice, mejor Irritación, piensa, no veas todo rojo y tu envistiendo, deja paso a la claridad, ¡que tú puedes mujer, que eres una 4x4! Recuerda ser resiliente, hasta en las pequeñas cosas valen. Sinceramente, no sé si decir son cosas de la edad, de tomarte las cosas con otra visión, una vez perdida...qué más da, si fue por las clases de psicología o fue porque eran ya las tres de la tarde, con un hambre canina, una por diabla sabe mejor cambiar las tornas. Sin tomate el plato del medio día, con otro toque de gracia con una pizca de pimienta más otras especias y una gran dosis de autoestima, qué buen plato, salió de rechupete y con el coraje de irritación lo moje en el café para merendar, la cena esa ya fue otro cantar.

¡Qué irritación con la caducidad!


sábado, 5 de noviembre de 2022

Viajar sentado


Hará unas noches, de esas que comienzan nubladas, atropelladas y tristonas. Estaba hablando con mi inseparable Anacleta, en esos momentos donde buscas una sonrisa y una vía de escape, le comentaba lo maravilloso que era viajar sentado, es decir, imaginando ese viaje, visualizarlo, buscar información de cuánto hay de interesante para visitar en esa ciudad, qué te llama la atención con esa interminable lista, hacer criba según los días sintetizando y ya solo te quedan los dos sustos.

El primer susto, no es por lo tarde en que llegues al aeropuerto, ni viene de montarte en el avión, no, ni son las turbulencias, que acojonan, no, tampoco, el susto grande de verdad, el real, es saber y constatar cuál es el tamaño del agujero que puede hacer en tu bolsillo. A cuánta distancia y no por kilómetros estás de ese viaje verdadero.

Quién no comenzó el, proyecto de viaje desde la pantalla del ordenador, buscando quince días primero, el hotel es lo de menos ¿verdad?, mientras tenga encanto o según los gustos de cinco estrellas, pues eso de ir a una habitación normal con camas... ya que se sale, se viaja a lo grande mejor y si son habitaciones con vistas muchísimo mejor. Las cuentas no cuadran, los euros son muy elevados y más ahorrar en los meses con los que no se contaba trabajando, veamos si reducimos días, el hotel un algo más normalito y alguna que otras menos estrellas, total es ir para dormir y como mucho desayunar, estaremos todo el día en la calle, conociendo la ciudad y las vistas ya las veremos en el parque o nos subimos a la noria que más da. Quince, da paso a siete, siete dio paso a cinco y este lo dejamos, en mejor un fin de semana, algunas ciudades en dos días se ven y te sobran horas. Naturalmente, con los vuelos más económicos posibles y siempre en esas horas insufribles por lo inadecuadas que son. ¡Vivan los viajes de no desgarro mi bolsillo, sí mi cuerpo y mi mente, que el alma ya... ya, ni la tengo!

Y el segundo susto, nos llega cuando nos equivocamos con el compañero de la excursión viajera, porque no hay nada peor, que verificar cuán diferente somos, o darse de cara con ese momento tan contrario y dispar en cual nos encontramos; y como se guerrea por no dar un brazo a torcer, imponiéndose al otro o claudicando para no ver, nada de lo le gusta a uno, y en el mejor caso de la ciudad no del acompañante.

Quién no ha cambiado de la ruta marcada y hemos dejado esperando con o sin querer, a la otra persona sentada en un banco o tomándose un café, cuando no hemos escuchado a tal hora quedamos, mejor en tal sitio, unas cuantas las hemos callado también, y así el viaje de dos o grupal, se transforma en único y personal. Formas todas estas civilizadas, pues en otros casos, son los sarcasmos de “mucho nos creemos y poquito entendemos”, “tanto tardar para ver simplemente una abadía, ni que fuera una zapatería”, “mañana no me voy a levantar tan temprano, quiero a desayunar tres platos y descansar”. Malos modos, malas caras, voces distorsionadas y enfados varios para no llegar a ningún lugar, ni disfrutar, solo el deseo de volver a casa, desconectar del viaje de placer o también podemos ir a firmar los papeles de separación. Viajes hay de todas las clases, en todos nos podemos encontrar, con matrimonios dados al traste, amistades que se pierden para no volver jamás, novios de me gustas mucho por whatsapp, familiares de una vez y no más Santo Tomás. Vueltas con malestar u otras embelesadas con el corazón que da.

Primeros viajes iniciativos, viajes del recuerdo, cualquiera de ellos me vale, con sus sustos y sorpresas varias, pues todos nacen desde un mismo punto, la valentía de no saber que vamos a encontrar.

¿Te animas Anacleta? Un fin de semana, nada más.



viernes, 4 de noviembre de 2022

Otro otoño triste por Miguel Hernández

 


Ya el otoño frunce su tul

de hojarasca sobre el suelo,

y en vuelo repentino,

la noche atropella la luz.

Todo es crepúsculo,

señoreando en mi corazón.

Hoy no queda en el cielo

ni un remanso de azul.

Qué pena de día sin sol.

Qué melancolía sin luna

tan pálida y sola,

ay qué frío y ay qué dolor.

¿Dónde quedó el calor

del tiempo pasado,

la fuerza y la juventud

que aún siento latir?

Se fue quizás con los días cálidos,

y los momentos que a tu lado viví.

Y así esperando tu regreso,

otro otoño triste ha llegado sin ti.

Ya el otoño frunce su tul

de hojarasca sobre el suelo,

y en vuelo repentino,

la noche atropella la luz.


domingo, 16 de octubre de 2022

Octubre por Juan Ramón Jiménez



Estaba echado yo en la tierra, enfrente
del infinito campo de Castilla,
que el otoño envolvía en la amarilla
dulzura de su claro sol poniente.

Lento, el arado, paralelamente
abría el haza oscura, y la sencilla
mano abierta dejaba la semilla
en su entraña partida honradamente.

Pensé arrancarme el corazón, y echarlo,
pleno de su sentir alto y profundo,
al ancho surco del terruño tierno,

a ver si con romperlo y con sembrarlo,
la primavera le mostraba al mundo
el árbol puro del amor eterno.


viernes, 14 de octubre de 2022

Agradecida

Me compré una preciosa bolsa de tela, en la librería este medio día, es blanca de algodón con una imagen de “El principito” y su correspondiente frase en francés, hombre hay que ser purista si se puede. Las próximas bolsas las quiero una de “El Quijote” y de algún poeta si encontrará de Bécquer sería muy feliz, otra de Virginia Woolf, luego pasaría ya a mis escritores Victorianos. Pero hoy compré esta y la estrené nada más salir de la librería.

No, no es lo único, en verdad lo más importante fue un Regalo que me hizo Rita. Sí, me hicieron un regalo, a mí, había olvidado la sensación que se tiene al recibir un gesto esporádico maravillosamente embriagador. Me siento anonadada, emocionada y nerviosa, inclusive con ese pequeño lagrimeo incontrolable. Siento mil impulsos dentro de mi indescriptibles, a los que no logro poner adjetivos, para dar una explicación, y aun con todo ello, quisiera dejar constancia de ese momento tan bonito y maravilloso vivido. Me abruma, necesito ofrecer otro gesto parecido, cargado de estos sentimientos para demostrarle lo agradecida que me encuentro, y no sé cómo, pues todo lo veo insignificante en comparación.

¿Conocéis esa sensación, de estar repleta, llena en todos los sentidos, inmensamente rica, con lo que se tiene nada más? ¿Equilibrada? No, yo no estoy equilibrada, son esos desbarajustes de muchas emociones lo que me hace especial hoy. Y se lo debo a Rita, mi librera, aquella con quien hablo de libros, de autores, editoriales, de los recuerdos, del cómo nos lleva la vida día a día, de preocupaciones, de mil y dos cosas que nos llevan dando vueltas, todo lo abarcable en una sonrisa o dibujada en una mirada de comprensión.

Gracias.

martes, 27 de septiembre de 2022

Entre tres


Todos los martes por la tarde salgo de mi casa y me dirijo a cierto lugar. Hoy al salir más temprano de lo habitual en mí, hice varios recados así pues mi camino normal de los días como hoy, fue del todo diferente, el recorrido me llevo hasta la librería de segunda mano, en la estantería de metal que tiene en la puerta en el lado izquierdo, están los libros clásicos de toda la vida en unas variadas ediciones con precios irrisorios, de vez en cuando me quedo leyendo los apellidos de los autores, Zola, Turguenev, Moratín, Cela, Bazán, algunos me acompañaron a casa y otros guardan la espera, aunque hoy, hoy, entre en la habitación del fondo, donde las estanterías de libros en español se acomodan estrechándose unos a otros.

Estuve más tiempo leyendo títulos, sacando libros, sopesando el estado, mirando editoriales, incluso me paré a leer entre tres libros, las primeras páginas y casi casi, las últimas de cada uno, esperando ese guiño particular, el impulso genuino de la sorpresa hechizada por un timbre reverberante que con sólo una pulsación interna te empuja hacía uno y no otro. Tres fueron y dos se quedaron, en mi pila de pendientes para este año y para el próximo tiene su lugar ya en la edición de Tusquets “Asuntos externos” de la autora Alison Lurie ganadora del Pulitzer de 1985, tres fueron una escritora estadounidense, un francés y un irlandés, tres distintos títulos y formas de escribir, “Las aventuras de un libro vagabundo” editorial Destino por Paul Desalmand, “El intocable” editorial Anagrama por el autor John Banville, tres futuras lecturas desde hace tiempo en mis listas, unidos por el simple deseo de leerlos, pues poco tienen en común por más premios que entre los tres tengan, no importa, son voces distintas en la tonalidad en su propia expresión.

Y mientras escribo estas líneas confió en reflejar mi entusiasmo y admiración por ellos, me entran unas ganas de que sea mañana, quizás sólo quizás el nuevo deseo despierte con el sueño de esta noche y mañana puede sólo puede, llamarme, para ir a recoger aquellos dos que hoy no llegaron por las puertas de mi casa, invitados quedan y las ansias y deseos se balancean por las horas en esos estados luminosos y apagados, sosegados entre páginas llenas de historias, tramas y lecturas.

Tres y fueron tres.









domingo, 25 de septiembre de 2022

Adiós septiembre bienvenido otoño

Caos emocional, caos diario, caos y más caos, así se podría resumir el mes de septiembre. Unas pocas de cosas finalizadas, logradas con el propósito de hacer bien las cosas y estar satisfecha con una misma, comenzando otras en las cuales te ves con más miedos que capacidades, enfrentándote por enésima vez a los diretes mal intencionados de un largo caminar, los cuales nunca van a terminar.

Sí, tanto de muchas cosas y mucho de pequeñas otras, crean un desbarajuste emocional, tan curioso y peculiar, como que entró mi estación y por poco ni cuenta me di.

No es sólo por el comentario dejado en cierta red social, sino más bien por todo lo acontecido, de un extremo a otro, así pues, en estos momentos en los que me he sentado y pretendo tomarme un café de tarde mientras escribo, voy a intentar relajarme, contar sin muchos aspavientos lo que espero o deseo, pues de todos es sabido y todos comprendemos que, con la vuelta al cole, hasta los mayores comenzamos con los propósitos, tal como si termináramos de comer los turrones y uvas.

Ni es exagerar, dentro del Club de Lectura he sido la última en recoger el libro para septiembre, y tengo hasta el miércoles para entregarlo, ahora eso sí, nadie me puede decir ni “mu” pues el libro de octubre ya lo tengo. Qué, por cierto, me hace mucha ilusión y fue una sorpresa totalmente inesperada, justamente todo ello en un ratito hoy de quitar el polvo por la casa y estar en mis pensamientos, me dio pie a idear una nueva serie de entradas para blog, no, no pienso decir nada más del libro de octubre, sólo dejar constancia del deseo de crear esa serie de mis lecturas. Lo sé, lo sé, si fuera en la otra red mejor para ello, allí está moda y son el nova-mas no seas antigua se dice tienes un crush, bueno yo no sigo las modas y aquí, puedo decir lo que me plazca sin que pique la barriga. Y las otras pues ya iré viendo a lo largo del año si me hago con ellas o no, yo hoy quería relajarme no es cuestión de auto-boicotearse y estresarse, mente en blanco, mente en blanco omm, omm, omm.

Aquí a día de hoy ya nos vamos situando, mi nueva agenda estrenada de un color azul turquesa monisímo, con unos subrayadores en los tonos más llamativos posible, exacto, de un vistazo todo visto y analizado, con mi calendario ya preparado y en esta semana bien coloreado, el verde para mis cosas más personales y diversas, el rosa de yoga de dieta, el naranja de clases, sin recochineo el rosa sólo marco un día de la semana, los otros todos los días de esta y ya hasta de las dos próximas, yo soy positiva con el rosa ira marcando poquito a poco. También dejé espacio con hojas en blanco para las ideas que surjan, veremos si cumplo pues yo soy de las de papel cualquiera usado, como anotaciones perdidas por el bolso y sin darle mucho uso, hasta la limpieza de este. Y ahora mismo voy a por una de la exposición de fotografía ultima que vi, no si la cabra para el monte tira y tira.

Una nutriéndose de estos pequeños placeres saca o da forma a lo que no sabe expresar, pero lleva dándole vueltas y vueltas o bien en ideas en palabras y en obra, volvemos a los inicios de cuando llega otoño, es un placer volver con los propósitos locos y dicharacheros, lo mismo da, nuestros son, ellos nos procuraran o no un octubre calmado sin tanto caos o eso espero, iré escribiendo poco a poco del mes de mis amores, que no cambie y se vuelvan tormentos.


sábado, 24 de septiembre de 2022

Otoño por García Lorca

 


Tan, tan

(Federico García Lorca)

Tan, tan.
¿Quién es?
El Otoño otra vez.
¿Qué quiere el Otoño?
El frescor de tu sien.
No te lo quiero dar.
Yo te lo quiero quitar.

Tan, tan.
¿Quién es?
El Otoño otra vez. 



jueves, 1 de septiembre de 2022

Vértigo


Vértigo, no, no lo tengo, desde esa noche, nada me puede dar vértigo otra vez.

Esperan que ante una pregunta así confirme lo que ellos quieren escuchar, pero, no.

Me es imposible complacerles, uno porque nunca fui muy dada a ello, seguido y lo más importante, no miento.

Últimamente, también escucho mucho, “se ve en ti...” cuántas cosas se pueden ver en una persona, que apenas conoces de nada, solo de un trato superficial u ocasional, y que, de destreza visual para ver tanto, de lo que una misma ni se ve. Y no es que estemos los propios ciegos, es más bien cuánta facilidad hay, hoy en día para hablar sin sustancia alguna, por el simple gusto de quedar bonito. Por supuesto no todos los que dicen, dicen mal, o dicen sin ver, o dicen por decir... salvando esta obviedad, vayamos hacia aquellos de los de tanto hablar y decir se quedan en nada.

Sí, a las horas o días de discurrir al endulce de tus oídos y sentidos, son palabras y frases compuestas como si de cromos repetidos se trataran, para en esas horas o días ya más tarde, olvidada tú, caramelizarán otros oídos. Otros después de ti, serán más valiosos, ¿se dejarán ver mejor? O simplemente es casualidad. Puede, será el intento vano de manipulación entusiasta del halago, que incentiva el verse o creerse maestro de tú destino.

Ah, cuánta mala suerte, debe tener una, sí lo que dijo, dejado está en un olvido. Y todo esto sería un comentario de burla simple instantáneo y lejano, si la vida de una misma no se viera compuesta por los vaivenes estacionales y ligeros de aquellos olvidadizos. No, no dais vértigo, vosotros, no.

Ustedes si dais, dais...

Nada.


martes, 14 de junio de 2022

Querer

 

Tú cumpleaños fue hace cuatro días, y en agosto ese mismo día se cumple un año de tu marcha. Es muy difícil esta vez superarlo, por más que una intenta por mucho equilibrio balanceándose por esa linea difusa, estrecha y provocativa de la locura, van pasando los meses, en los que cuesta seguir en pie, despertarse cada mañana y mirar por la ventana, con ganas de abrir los ojos, ni te imaginas cuanto peso tienen mis parpados este año. Sí, posiblemente, sabes, puesto que tú lo sabías todo antes de que yo ni lo soñara.


Podría decirte tantas cosas, tantas, como las que cada día y noche salen de mi garganta entre sollozos, no estoy preparada para vivir sin ti, eras mi centro y sin el ni llego a estar rota, simplemente no soy. Guardo tu voz mientras cierro mis ojos y te veo exactamente con ese gesto tuyo, cada momento de ese hospital, de estos años aquí en este pueblo, tan desarraigadas pero juntas, siempre juntas. No hubo momento de mi vida en el que tu no estuvieras y aun cuando llegaron las primeras perdidas, era posible vividlas dolorosas pero en compañía, sujeta, siempre sujeta a tu mano.


Y ahora estoy sin ella, no tengo manos por más que me digan, no las siento, son palabras vacías y algunas hasta llenas de mentiras. De mi pobre verdad, quieren hacer falacias para pincharse en el pecho medallas desmerecidas.


Lo sabías, miles de veces me lo dejaste dicho, yo, no lo comprendía.

sábado, 4 de junio de 2022

Avispero


Tengo una visita inesperada inoportuna y muy molesta excesivamente molesta. Me hace tener todo el santo día y la noche ventanas cerradas sin importar la temperatura que haya.

Hace una semana me di cuenta que había en mi casa un extraño ruido, un zumbido eléctrico, proveniente de una parte del salón y yo en mi ingenuidad situaba en los cables de la pared, siguieron unos días más y por pura casualidad, vi un insecto salir detrás de la moldura de un cuadro, este que no puedo mover yo sola, en fin el insecto salió volando hasta las ventanas y se suponía que para marcharse, claro tu ves un insecto que sale de tú casa no puedes sospechar ni presumir la decisión de ser un compañero de piso. Seguí sin darle importancia en mis faenas mañaneras de seguir limpiando y recogiendo el piso. Volvió así el zumbido y al parar vi para mi asombro otra vez el dichoso insecto saliendo de detrás del cuadro y salir por la venta, como si de un paseo se tratara.

No puedo distinguir si es una avispa, seguramente lo veo más factible, puesto que me niego a pensar que la abeja maya está dándome por saco en pleno verano.

¿Dónde está el problema? Mueve el cuadro, echa insecticida potente, como dije antes el cuadro por su posición no lo puedo descolgar yo sola, para ver donde porras me está haciendo su pequeña habitación, en ese momento no había ni rastro del mata-mata en mi casa, la única ocurrencia fue cerrar las ventanas una vez salió a recolectar o a saber de sus viajes. La vi no sólo por el gran ventanal de mi salón, acechando por donde poder entrar luego merodeo también por la ventana de mi habitación. Exacto me quedé atrincherada y cerrada por una avispa de los co... castañas, nena castañas.

Y ahora sin poder dormir por las noches por estar todo el día con calor, cuando se supone un poco de frescor en la nocturnidad yo debo seguir con las ventanas cerradas, sin poder ventilar adecuadamente mi casa, día trás día, voy acordándome de películas de miedo. Intente abrir los otros días y está posicionada en algún rincón de la ventana o bien del toldo recogido, pues al poco se mueve he intenta volver a entrar hacía dentro y por más que eche insecticida no valió para nada pues me dirán cuánto puede hacer al aire libre tuve que cerrar otra vez sin posibilidad de asesinarla, matarla o pisotearla y aun con los cristales dobles, escucho su zumbido.

Hoy viene mi cuñado D, me ayudará con el cuadro a mirar y por la ventana supongo que le daremos caza en el momento de saber su lugar exacto, espero que así sea, no puedo ser vencida por un insecto de las castañuelas de su abuela. No, me planteo ser picada, duele y mis nervios ya están agotados sinceramente, ni quisiera estar por mas tiempo encerrada, se supone que soy la especie dominante y esta avispa un bicho de nada, me brota la risa histérica.



lunes, 23 de mayo de 2022

Paseos y estanterías


 

Me tocaba hoy la devolución de préstamo, de unos libros en la biblioteca. Un poco antes de que cerraran para el medio día, estaba allí, dándome una vuelta por sus estanterías, mirando las últimas novedades que pocas de ellas me suelen llamar y algunos géneros que por regla general no suelo mirar. Con el firme propósito de no traerme ningún libro a casa, sin antes terminar los dos que estoy leyendo o tengo la idea de leer a la vez, pues uno aun no lo he comenzado, pero siendo del club de lectura, tengo que terminar antes de que se me escurra entre los dedos este mes.

Fue como esa promesa fatua que nos ponemos al comienzo del año, “voy a entrar en una talla 42” esa que no ves desde cerca de los treinta.

Bueno, no hay razón para la fustigación, no, claro, si uno de ellos no fuera el tercero de una trilogía, de la cual sólo te has leído el primero, la segunda parte no está ni en la biblioteca pública, ni en la de tu casa, fustigarse para qué, total te lees la última parte y ya la del medio pues cuando se de, si lo importante es la autora, adoras a Josefina Aldecoa, no le des tantísima vuelta, te has vuelto remilgada con los años. Recuerda tus veranos en Marbella, salías a buscar libros y ni mirabas si eran series, sagas o lo que fuera, ni el orden te molestaba, lo importante era leerlos.

Además después de todo, pertenece a tu cuarteto, Josefina Aldecoa, Carmen Martín Gaite, Carmen Laforet, Ana María Matute, dentro del ámbito nacional, son tus escritoras de cabecera. Sabes, que vas a leer esa tercera parte “La fuerza del destino” y no te importaran ni los spoilers posibles. 

Te quejas por el mero echo de tener una rabieta, sin que llegue a nada más que a ponerte en plan boba.

Soy una mujer madura muy remilgada. La vida antes era mucho más sencilla, con la edad, te vuelves una snob total, pedante y clasista. Si, si....

Es igual todo lo que me pueda decir, voy dando vueltas para no asumir que a la vez me traje un cómic de toda la vida, y que desde hace unos años los han renombrado como “Novela Gráfica”. Me trae tantos recuerdos, tener de nuevo un cómic en casa. “Arrugas” de Paco Roca, del cual se hizo una película de animación en el 2011, me quedé con las ganas de verla. Hoy sonreí al ver el cómic en la biblioteca y me lleve toda una sorpresa pues no lo esperaba, francamente. Al autor con sus comic's los veo en el escaparate de mi isla del tesoro en el pueblo, ¿cuál es esa isla?, ¿qué si estoy ya de remate? Pues veamos, mi psicóloga no cree que lo esté, aunque todo se puede andar y mas en estos tiempos que nos corren, ni me invento la isla. Es una broma maravillosa, entre mis libreros y yo, mi isla del tesoro, es la librería del pueblo. Y entre sus escaparates el señor Paco Roca es un asiduo de los que tienen su lugar ya, como si fuera la mesa en un café, en ese rincón escondido y concreto del establecimiento, ese sabor atmosférico mágico, de las viejas tertulias.

Las viejas tertulias, esas reuniones llenas de pensamientos, de intercambios de creatividad, te llevan a otros pensamientos, a otras asociaciones.

Ya, sé bien de que estoy escribiendo, yo que pensaba hacer una entrada al blog como si fuera un resumen de lecturas con todas las del mes y me sale esto, si entre lo que pienso y hago en realidad, no es el trecho en si y si más los paseos y las estanterías con esos escritores que me mueven el pecho.

viernes, 20 de mayo de 2022

Popurrí peliculero


 

Desde el fin de semana pasado, tengo en la mesa tres dvd, “El hombre lobo” (2010) de Joe Johnston, “Ed Wood” (1994) de Tim Burton y “Una habitación con vistas” (1985) de James Ivory.

Si hubiera visto aullando a un hombre lobo lo recordaría, por lo tanto está debería de ser la película para ver en primer lugar, dando paso a esas que son entrañables o favoritas para mi. Pero no, yo me vi un clásico del cine negro de esas que no sabes si son buenas o malas pero te las ves, sin palomitas ni que se hagan bola. Me quedé pegada a la actuación de Tyrone Power, no podría decir claramente ahora mismo, como llegue a ella, si bien por el libro, por la nueva adaptación que hizo en el 2021 Guillermo del Toro, de la novela “El callejón de las almas perdidas” de William Lindsay Gresham, y llevada por primera vez al cine (1947) por Edmund Goulding. Pero ella fue la que me vi para el fin de semana pasado.

Tyrone Power en el “cine club” de la segunda era un actor que se veía muy bien a eso de las doce de la noche o la una, en versión original con esa voz potente, en películas casi siempre de aventuras y en un papel de galán más que acertado. Sobre todo para una chica como yo que adoraba el cine clásico americano consumiéndolo desde pequeña, era un actor de los que gustaba de ver en la pantalla, independientemente si era una buena película o mala, o como fuera, mientras me dejara sentada y pegada sin poder moverme captando toda mi atención, por mi ya era la mejor. Hoy en día me cuesta encontrar esa atención.

Pretendo ver alguno de esos tres dvd este fin de semana, pretendo, pues no os puedo decir porque diablos, se me ha cruzado otra película mucho más moderna, pero con ese tufillo a los años dorados que a mi tanto me gusta. ¡Ni se os ocurra preguntarme donde veo los esplendores, en el film “Un pequeño favor” (2018) de Paul Feig, por favor, no me hagáis contestar a esa pregunta retorica pues me dejaríais por vez primera muda, y no es plan que yo para esta semana me gustaría contar que tal fue, si merece o no la pena. No sé donde escuche... venga ya nena, si lo sabes de sobra, en fin no viene al caso, parece ser que hay una segunda parte de está película, o que harán una serie o hummm, ahora si no os puedo poner en pie que de las dos cosas, pero una es, si o si. Y sigo sin saber dónde capto mi atención de un modo en que quiero verla. No será por lo de bloguera, no por eso no, es una gracia más pero no, no es por esos derroteros.

Debería de sentarme y ver simplemente la de Benancio del Toro. No, yo sé que veré primero la del director Feig, luego me pondré, con uno o tres capítulos del dorama, y ya si eso porque total es de mi colección particular, están alineadas en fila en mi tabla de la habitación. Aunque también tengo que ver algunos vídeos de decoración, de libros y conciertos de Manuel Lombo, ¿estás flamenca? Bueno, también de Marc Anthony... Y terminar dos libros el lunes tengo que devolver a la biblioteca el préstamo, hoy es viernes ¿verdad?

Pues eso hablamos de cine para el fin de semana.



jueves, 19 de mayo de 2022

El Club de Lectura

 Este año, decidí apuntarme al Club de Lectura de la Biblioteca del pueblo. Llevaba años con la idea, tantos como los que llevo vividos aquí, pero la ocasión no se daba, no la buscaba, esta si es una forma adecuada de decirlo, yo misma, no la buscaba.

Se me hacía como un viaje a una “historia interminable,” sin que me acompañara ni Atreyu y mucho menos Sebastián, eso de movilizarme de mi casa, para salir a la calle a relacionarme con otras personas, desconocidas, sin saber si me gustarían o no, no, me frenaba, por mucho que el germen de la idea estuviera removiéndose y cambiando en mi pensamiento año tras año. Me conformé con algunos Club de lecturas de las redes sociales, bueno del Fb, porque otra no tengo. Divertido, y aunque no profundice en amistades, sí fui rica en lecturas y descubrimientos. Pasaron unos que emigraron a otros lares y llegaron otros, de todos he guardado buenos recuerdos, si me apuran y me pongo filosófica podría decir que de esos, llegue con entusiasmo a este, del cual quiero hablar hoy.

Mi tono parece frívolo, sin querer dar importancia. Pero no se engañen, este año, el ir leyendo cada mes un libro, fuera de mis habituales gustos, que son extensos. No sólo descubrí, autoras y autores, formas de escribir nuevas, interesantes, que eso visto desde un punto real, lo encontraba de todas las maneras en los anteriores, pues es la columna vertebral de todo Club. Qué fue entonces, para hoy verme inmersa en esta supuesta y futura entrada del blog.

En el Club de Lectura del pueblo donde vivo, lo mejor no son los libros que la JdA te manda sin el peculiar tino, evidentemente sin ver los libros elegidos por el mismo Club, para qué total, lleguen los que lleguen los vamos a leer. Y si alguno de nosotros no podemos ese mes, no llegamos o lo damos por perdido pues en nada nos apasiona, nos emociona y se nos hace un calvario ir pasando lentamente esas páginas. No ocurre nada, no pasa nada, no.

Pues, no sólo se disfruta de la lectura, en algunos casos, la gran mayoría, sino el ir por la calle y coincidir con tus compañeros y pararte ese rato a comentar, como si ya estuviéramos en la reunión, o encontrarnos en los actos culturales del pueblo, clases de acuarela o en la puerta de correos, incluso el hablarnos por el whatsapp. Lo maravilloso justamente es esto, el ver a otra persona con el mismo interés, la misma pasión y el mismo respeto, compartiéndolo. Yo no puedo comentaros cual especial son otros Club's, ni en dónde radican sus encantos, pero en el de esta biblioteca. Es justamente ese, hacemos pueblo y nos entusiasmamos unos a los otros y creamos comunidad. Un sinfín de intereses culturales.

En ese jueves de reunión en la sala, hablamos de todo lo cuál nos transportó la lectura, la riqueza de los autores en crear esos mundos tan maravillosos, entre todos hacemos una mesa redonda mágica, donde el respeto y el entusiasmo por compartir nuestros propios conocimientos, es una piedra angular. Puede parecer poca cosa, pues si es así echadme a mi las culpas por no saber describir y comunicaros todo lo que hay en el Club de Lectura.

Me queda el mes de junio para cumplir un año en él, en estos meses entre todas las sensaciones que me encontré, ligadas al Club se resumían en una simple pregunta. 

¿Por qué tarde tanto?



miércoles, 18 de mayo de 2022

Crear

 



Necesito crear.

Uno se preguntará, pero alma de cántaro, ¿crear qué? Y una que no las tiene toda juntas, no sabría como contestar, pues abarca tanto con esa necesidad, mucho, sí, demasiado quizás como para enmudecer a mi amiga Jo.

Llevas semanas, con las ideas en movimiento, del cual es difícil meter la mano en un pequeño espacio para sacar algo en claro, ¿más porque ha de ser claro? Agarrar es lo que necesitas afianzar entre los dedos, ese hilo conductor del cual tengas con el que tirar, sin saber si merece la pena o no, si te llevará a algún lugar, si dará paso a una entrada finalizada o a una hoja a medias escrita y sin soltura pues te escapas por los rincones de los espacios en blanco.

Y que mas da.

Importa si no llegas a esa conclusión, si no escribes esa entrada tan sublime que deje a todos patidifusos, por dios nena, “Modestia, baja que sube esta”, es tú condenada página de word, tuya, poséela tal cual, como si fueras a... lo mismo, igual, te diviertes, te echas unas risas de mientras y te deja un buen sabor de boca y luego, luego nos tomamos un café. Qué entre medias, vas creando sin que cuenta te des.

Exactamente, agarra fuerte y tira, qué ves, parece un acertijo pero no lo es, rojo, azul, colores vivos, y tu amarillo dónde está.

En las cortinas, recogidas, dejan ver parte de la sierra verde contrastando con el azul claro del medio día, entre cantos de aves, calor y un soniquete lejano de una tuna amenizando la sobremesa en los restaurantes. Una leve brisa entra por las ventanas abiertas, pero hoy no traen el olor a salitre, hoy no te impregnas de sal y algas.

En serio, este párrafo bucólico que parece salido pero a las malas, de cualquier octavilla de a peseta, y te quedas tan ancha. Qué no nena, qué ti el romanticismo te gusta y lo quieres cuando lees novela romántica o poesía. No me vayas a dar grima que de lo que se trata en verdad, es de volver a coger soltura.

Practica cariño, practica. En verdad no ha de tener un sentido, en un vistazo mismo, más bien debería de ser como ese movimiento expansivo, un fluir sin querer decir, veis como os enredo, cual hierba trepadora, no, mejor no, que luego puede venir el jardinero con unas buenas tijeras, te podan y a la bonita adiós muy buenas. Déjate de trepar y pon los pies en la tierra y centra, mira visiona tu núcleo en el mismo centro de tu cuerpo, su todo, lo que tu quieras, pero dale un mínimo de sentido un poquito mujer que te cuesta, ni pasarse ahora, que no es el momento tampoco, porque solo divagas y divagas sin decir nada. 

Cierto, muy cierto mea culpa, si yo cuando me pongo en plan apasionada, ya... da igual, porque tampoco me entienden, aquí estamos hablando con una misma y de una misma en mil formas, sin que lo que se diga tenga mucho... busca un sinónimo por dios, (interés), mucho mejor, así sí, da igual, el valor ya se lo pondrás de otra forma, mañana posiblemente hoy puedes preparar la despedida con un hasta unas horas.

Esta noche toca pasar a consultar que quisiste decir con eso de “necesito crear” Alma de cántaro crear qué.