lunes, 23 de abril de 2012


Para celebrar el día del Libro, tenía pensando comprarme uno. 

Al final me ha sido imposible salir, por lo tanto y como cuenta iré a la página del Círculo a pedir alguno, he de revisar bien la revista. Pero antes de ello y sobre todo de irme a leer un ratito para celebrarlo todo en condiciones, quisiera compartir este video que me ha parecido precioso. 
 
Feliz día del Libro ¡Qué pasen buenas lecturas! 



viernes, 20 de abril de 2012

Cuando pase la tormenta.


Título: Cuando pase la tormenta

Autor: Lucía de Vicente

Editorial: Éride Ediciones

Colencción Letra Ñ










Lucia de Vicente, estudió periodismo y durante muchos años ejerció como tal en las páginas de una reconocida revista. Qué la llevo a dar el salto de noventa grados, enfrascándose en un género poco común para los de su gremio, como es la romántica; sin duda alguna su placer por estas novelas de amor. Podría haber ido por muchos otros caminos al igual que hicieron muchos periodistas. Pero ella, se plantó la muleta del desafío valiente, cogió al toro por los cuernos, regalándonos “Cuando pase la tormenta”. Si algún lector tiene la más mínima duda, solo puedo decir, que ha demostrado sus tablas con creces, no es otra periodista curioseando en el mundo literario. Lucía ha marcado su territorio y viene para quedarse, para nuestro regocijo.

Algunos lectores, guardan ciertas reticencias ante un escritor novel, en lo general el escritor se va haciendo poco a poco en el largo camino de los años, recorre un estrecho pasillo literario hasta llegar a la redondez totalitaria en la estructura de un libro. Es poco frecuente ver que en un primer libro este aprendizaje esta completado, sin fisuras. Una grata sorpresa para aquellos todos los que hemos abierto sus primeras páginas, con el sentimiento de expectación. “Cuando pase la tormenta” es un raro espécimen cerrado siempre con esa sonrisa apreciativa acompañada del calor de un sol lejano en un país africano.

Yo quería ir a Kenya y estuve allí. En ese viaje, encontré unos compañeros llenos de realidades, no eran simples esbozos escritos con letras una detrás de otra, estaban igual de vivos que yo, con sus tropiezos, secretos, dudas, miedos y dragones que matar.

Mary es una mujer de mucho valor, fuerte muy fuerte, aun cuando te fijas con atención ves una calidez reforzada con una sensibilidad única, es lo normal en los de fuerte carácter te fijas en su caparazón de roca dejando pasar las corrientes subterráneas. Mary no es un personaje estereotipado, ni generalizado. Es como toda lectora con sus momentos altos y bajos en una vida, aprendiendo a fuerza de golpes, al igual que todo hijo de vecino. Por eso me gusta, es una mujer normal, tal y como cuando nos miramos al espejo, o miramos por la calle. No hay mayor logro en un personaje que hacerlo vivo, real, traspasando de un mundo de papel.

Si ella es fuerte y capaz, no digamos su compañero, David Sildford. La palabra justa para definirlo es control; pero todo esto no hace que sea creíble o se convierta en un ser de carne y hueso, lo hace posible, esos pequeños detalles de actos, gestos, la inteligencia y la comprensión el ir de menos a muchísimo más. Para arrebatarte el corazón está dotado de un humor negro y divertido. Sin duda alguna es el mejor guía para contratar, en ese viaje por Kenya.

Unidos hacen el círculo perfecto.

Los amigos que les rodean, son maravillos, nos le hacen el camino difícil muy al contrario ayudan a quitar esos velos, con los que nos resguardamos más personas. Todo va acompañado y salpimentado junto a unos elocuentes y agudos diálogos, una trama envolvente atrapándote en los sentimientos más variados, hasta llegar a la cumbre la brillantez del buen hacer. No me puedo olvidar porque aun tengo la piel tibia por el sol de Kenya, del trabajo tremendo que se aprecia en la documentación. Lucía de Vicente, te transporta desde las paredes de tu casa hasta ese país, eso no lo hace cualquiera.

No esperen una simple novela romántica, porque este no es el caso.

Sí, he estado de viaje, disfrutando de un romance perfecto, que se ha ido recreando ante mi mirada, una bonita y bella historia de amor.

Por todo ello, por mucho de lo que callo, invito a todo buen lector y lectora que se aprecie, a dejarse llevar por estas páginas. Con el convencimiento de que al cerrarlo, la satisfacción estará aposentada en uno.

No hay nada mejor que la literatura redonda y “Cuando pase la tormenta” lo es.

Qué ustedes lo disfruten tanto o mejor que yo.

viernes, 13 de abril de 2012

Lucía de Vicente. Te lo mereces cariño.

Cuando de verdad quieres, te sientes orgulloso de los logros, decaído por los tropezones, preocupado cuando hay problemas.

Pero hoy quisiera dar golpes de tambor con los platillos en alto, trombones por las calles, confetis música para festejar y si me apuráis hasta gran carroza, con tractor o su caballería de pura sangre, lo más llamativo, esperando que todo ello capte las emociones más extraordinarias, ante el notición que me ha dado hoy mi amiga Lucía.

Pues, sí hoy me siento feliz, alegre, orgullosa, emocionada y temblorosa. Gracias por compartir esos momentos, los cachitos de vida, con esta loca descarriada.

Olé, por ser grande.


luciadevicente.blogspot.com

H2O.

Hay una ráfaga de viento en el pueblo bastante alarmante, las nubes pasan con una rapidez hacía el mar a dentro. Unas son más grises que otras, se puede imaginar lo cargadas de agua que están, ese vapor alejándose de la costa.

Es curioso hace unas semanas ha llovido, nos hizo lamentarnos por muchas razones y aun así no fue equitativamente para todas las provincias, ni mucho menos suficiente en algunos casos. Uno de los tantos temas que me fascinaban en biología era el agua, sus lluvias, precipitaciones. Hoy en día es una discusión molesta, como esas verdades de algunos políticos que se quedan difuminadas en el sonido estridente en los gritos de las mentiras. Hay tantas cosas ahora mismo que una persona se ha de tomar en serio. En algunos casos podremos hacer una pequeña lucha ante lo inapropiado, lo incorrecto, mas en otras se nos escapa de nuestra naturaleza.

Sería fantástico ser un Wells con una máquina del tiempo, para arreglar el desastre en el cual vivimos, o puede que convirtiéramos esa ayuda, para el egoísmo de unos pocos hambrientos de poder. Mi ideal este medio día, sería tratar el cambio climático o con un solo botón hacer la lluvia caer, claro arreglaría muchas otras cosas, pero siendo consecuente no podría modificar tanto la historia, esa de la cual hablamos pero en realidad poco conocemos. A la gente le gusta decir “yo sé, yo sé” en el impulso de dar credibilidad a su persona como intelectual y educación. Me gustaría pensar que aprendemos de ella, de sus miserias, maldades, locuras y grandezas.

Sé que me estoy marchando del tema central, el agua.

Veo la posibilidad de siempre ayuntamientos, enfrentados por el mejor postor o ayudas entre ellos, no lo tengo claro. Pero aun así veo como un bien común un recurso natural, se convierte en esa sal acreditativa de riqueza. Los campos se van secando ardiendo a los primeros rayos de sol o en la mano del hombre, los pozos secos con los cortes necesarios para el regadío de las materias primas principales, comida. No estoy siendo alarmista, aunque sí sé que es un corte de agua y estar sin ella. Tampoco estoy en un país con carencias esenciales. Y aun así no logramos provocarla ni controlarla en su estado más puro. ¿Qué nos espera en el próximo otoño? ¿Este verano, controlando los fuegos corrosivos? ¿Los cortes de agua? ¿Familias perdiendo ayudas y más embargos por la falta de ello para sus campos?

Me podéis decir alarmante, exagerada, inclusive que hay problemas mayores, como la maldita crisis monetaria, que lleva a toda una familia a no saber de que vivir, ni que hacer, mientras los bancos nos comen como si fuéramos chicharrones.

Mi única defensa es objetar que todo es importante, en algunos casos no puedo poner la balanza en el temor y la certeza de aquello que está mal y trae consecuencias. Y si ya me calla la forma de expresar mis propios pensamientos, que me queda, mirar cómo pasan las nubes llenas de vapor de agua hacia otro lugar. Cuanto tendría eso de conformismo.

jueves, 12 de abril de 2012

Rico, rico, rico.

Estoy a dieta.

Llevo casi dos meses, con lechuguitas, guisos sin patatas, pescado, carnes que usualmente ni las pruebo, verduras, fibras, centeno y sobre todo yogures de los que te ayudan en la digestión. En definitiva estoy como la gran mayoría de las personas, no por que llegue el biquini y haya que enseñar ombliguito, más bien por qué comer sano y equilibrado es bueno para una misma, sobre todo cuando tienes el vicio peor visto por la sociedad, el tabaco. Sí, soy una marginada doblemente, pero esta no es la cuestión, no es el camino que debía tomar.

Yo quería ir hacia la comprensión, la causa que nos lleva a privarnos de grasas y comidas opíparas. A pasar a ver canal cocina, inclusive los que no entiendes de nada pues te vienen en otro idioma, pero tu hambrienta disfrutas viendo, como burbujea el agua de cocción, el ruidito de los higadillos refriéndose en su jugo, los pasteles de carne con su cebollita y ya no digamos esas tartaletas embadurnadas con azúcar de todas las clases posibles.

Una siente el gruñir de su propio cuerpo, va hacia la cocina abres la nevera, la cierras desesperada, en ella no hay nada que guste tanto como lo visto; sales despavorida de la tentación, te miras al espejo que usualmente lo has colocado en un lugar estratégico de la casa, marcas la ropa en tu cuerpo para ver tu figura sin esos kilos que antes asumías tener. Y te vuelves a sentar a ver el siguiente programa. Por que igual el día que termines la dieta, en un siglo venidero, podrás invitar a tu casa a todos aquellos que ni conoces, con tal de cocinar todo lo que ves y saboreas imaginariamente. Te vuelves a levantar miras por el balcón es la hora en todas las casas preparan la cena, esos olores te llegan, te insinúan y el chino de tu acera, comienza a danzar hacía arriba con sus rollitos de primavera delante de tus pupilas. Mejor cerrar el balcón volver al salón donde no has cambiado de canal, coges un cigarro lo enciendes con la pequeña esperanza de alejarte de los invasores nervios agarraditos de la mano de un pollo relleno, para la cena. Sientes la necesidad de lagrimear como una niña, suspiras, recapacitas, es bueno estar a dieta, es fabuloso comer debidamente, vas a por esa meta imaginaria de ser como todo el mundo de moda “sana” aunque sea a medias.

Comienzas con el zapping, mejor te entretienes con el portátil, ¡por fin una distracción para no pensar! ¡Tú amiga te habla! ¿Ya has cenado?

Qué se contesta, ante tal pregunta normal por el horario, lógica abriendo una conversación superflua.

¡No, aun no es mi hora y hoy me toca un yogur con algo de fruta, pero si quieres te como a ti con salsa picante, muy poquito a poco!

Qué lentas pasan las horas para tu ligera sana e insípida cena. Será, igualmente una es un tanto sádica. Pero qué diablos, esa sonrisa boba y tonta cuando te puedes meter la mano por las tallas, no necesita visa, solo fuerza de voluntad. Esa sensación no tiene precio.

Voy por mi cena, ¡qué riquísima está!

martes, 10 de abril de 2012

Las lobas en su territorio.

Unas noches atrás, estábamos en unas efervescentes conversaciones, por mi parte reivindicativa total por la receptora avasalladora. Son las buenas charlas de esas madrugadas que cada vez se proliferan menos.

Aun sigo con ella, con pequeños detalles en mi mente, no importa los días que pasen o los meses inclusive años, siempre en ese rincón de tu mente guardaras ese idea detallista de unas palabras, que han marcado. En vez de normales debates nocturnos se convierten en buenas apreciaciones constructivas. Lo hace mucho más especial el que llegue de una amiga, la cual sin temor alguno te suelta la perla de la verdad por mucho que duela, sin que tu lo esperes.

Esa unión es mística, pues en nuestros tiempos lo correcto es siempre ser políticamente educado hasta en callar las realidades. Hoy nadie quiere problemas, con una media sonrisa, una aceptación de cabeza, es lo que recibes mientras piensan otra cosa. Tener esa compañera nocturna y diurna que no teme a nada y mucho menos a hacerte daño sin maldad, es un privilegio, un tesoro que algunos miraran de reojo. Para mí todo un lujo de poseer. Las verdades duelen, no seamos hipócritas.

Lucía de Vicente, llevas mucha razón, qué grande eres en momentos así.

Puede parecer una sandez, que con el tiempo se convierte en toda una burrada, llamémosle dejadez, tampoco es la palabra adecuada, veamos el planteamiento sería este “no te das cuenta de algo” tan simple como eso, que cuando es a pequeña escala no requiere significado alguno, solo ser memo, con lo cual al agrandarse tu ceguera y tontería de seguir en el mismo camino, se hace una salvajada de mal gusto e incluso de falta de fidelidad a la amistad.

¿Por qué todo esto? Me considero una persona muy corriente, que tiene el desahogo de escribir con o menos acierto las cosas más cotidianas de su vida, tenga o no lectores, yo me limpio por dentro de mis ideas y eso era lo normal. Tengo a blog's que leo que me son conocidas las autoras y entre otros a las que sin duda alguna yo considero AMIGAS.

Lo típico nos queremos por que nos respetamos aun en nuestras oscuridades y días malos, en ocasiones nos cuesta volver a ser nosotras mismas inclusive mantener esa fidelidad, lealtad y amor, por la sencilla razón de la lejanía en algunos casos y la cruel desgana, pero una vez salvado todos esos rescoldos que nos pone la vida, seguimos siendo, UNA en ese sentido único de la unión femenina, de los años, de las lagrimas, risas, perdones y fallos que hayamos podido tener.

Entonces porque puñetas nunca tengo una entrada para sus libros.

Son escritoras no son trabajadoras comunes, no les elogio, no cuento cuan orgullosa estoy de unas portadas, sus frases, tramas, personajes, documentación o traducción según el caso, ni qué vergüenza tímida me da al verme en sus agradecimientos. Hablo en mi blog de esos tantos libros pero no de los suyos, para mí el tenerlas agregadas como blog, era lo suficiente. Pero suficiente en ¿qué? En decirles por lo bajito y privado, todas esas emociones, mientras que grito las de otros autores. Es muy cierto que jamás han usado nuestra amistad para pedirme que hablara de ellas, de sus magníficos libros. Teníamos como un pacto silenciado quizás ante esa utilización, pues mi blog no se usaba para críticas de libros masificadas. ¿Lo teníamos? O solo estaba en mí y no me daba cuenta de tal ceguera.

No lo sé, puedo escribir ahora que todo ello va a cambiar, no porque ellas me lo hayan pedido, que nadie vaya a pensar que una amistad es como una letra de cambio que se usa y se tira al mejor postor, voy a escribir sobre mis AMIGAS por la sencilla razón de que es mi Blog, es mi vida, ellas están en ella y me sale de las narices.

Ahora eso sí, que nos una unos lazos como he intentado describir, no quiere decir ni por asomo, que todo lo que escriban, traduzcan etc me tenga que gustar, una cosa es mi amor por ellas y otra muy distinta mi gusto literario, yo no uno las dos cosas por más que se dé a la posible duda.

Por ellas.

Batallitas.


Jacinto, es insufrible a la hora de comer tira toda la comida de sus comederos.

No espero una comprensión por su parte, pero Fortunata es bastante cuidadosa, que dos loritos más distintos. Jacinto está justo al lado de mi librería del balcón camuflada, es decir nadie la ve ni la nota, a menos que yo diga esta hay para cualquier invitado a cada es invisible, ojala lo fuera de verdad, así no me la ensuciaría tanto el muy pillo. Hasta se ofende y se enfada cuando le regaño.

Mañana toca zafarrancho total o llegara un punto que me estropee los libros y le quiero mucho, pero si me los llega a dañar más, en casa se crea un lio bien grande, una de dos o le abro la puerta de la jaula y que vuelve por los cielos del pueblo, o lo estrangulo con mis manos; sonrió ante tal exageración pues sé de verdad que ninguna llegara a pasar, por mucha queja y el trastoque de mis nervios, por lo tanto ya he creado una idea tardía si funciona.

Hoy no solo he ido al supermercado como todo ser viviente que necesite comer, también entre en la tienda de los chinos, ¡qué genialidad es esa! Si en Sevilla tenía una al lado de casa aquí la tengo enfrente, entrar en una tienda, donde puedes encontrar todo lo que no necesitas, pero te hace una falta urgente es maravilloso. Yo iba con una idea fija me he comprado cortinas para ventanas y elástico por la imposibilidad de ponerle barra a mi librería, creo que la destrozaría mejor dejarla tal cual y ya veré como hacer milagros con los instrumentos más sencillos. También he comprado una lata barniz para arreglar la mesa, donde tengo a mi Jacinto de las tripas en tensión.

He de ser consecuente no voy a poner toda bella a la librería y dejar la mesa toda rallada, le hace falta pintura y barniz, aunque con el barniz oscuro yo creo que por este año pasara, igual así se sienta con mas ánimos de no tirarme la comida hacia los libros aun cuando ya no les llegue. O eso espero todo es cuestión de su cabezonería, no tengo ni la más remota idea a quien ha podido salir este pajarraco.

Tengo que guardar energías, para mañana y todo lo que viene, eso sí me ayudara a recopilar la documentación para lista libros llevando una guía completa, al final tendré que darle las gracias a este loro que no sabe comer.