viernes, 23 de marzo de 2012

Mini ruta de Axarquía.

Hace unos días recibí un sobre por correo de mi buen amigo Pedro.

Pedro, es mi compañero de viajes, en su gran mayoría, siempre hablamos con la ensoñación de ir por Europa, pero lo cierto es que ambos a la hora de coger el coche, no salimos de las fronteras de esta piel de toro.

Cuando me mude el primer visitante que tuve fue él, un pequeño empujón para esa adaptación de la que tanto he hablado. En ese sobre había un cd con las fotos de ese puente pasado en años ya, al verlas se puede rememorar no sólo las sensaciones sino aquellos agradables silencios con sus correspondientes diálogos, aunque pueda parecer de locos.

Uno de los días a media tarde, nos fuimos de ruta en el bolso folletos de turismo con curiosidades para ver en las cercanías, ni miramos el tiempo era nuestro mini-viaje y queríamos disfrutarlo.

En la parada de Veléz-Málaga nos encontramos con esta maravilla, pongo una pequeña descripción que da la página de su ayuntamiento.

“Localizada en el punto más elevado de la ciudad, a unos 80 metros sobre el nivel del mar, este castillo medieval se erigió en el siglo X y adquiere su mayor protagonismo durante los siglos XIV y XV, siendo una de las alcazabas más importantes del reino nazarí.

Tiene como elemento determinante su emplazamiento, dominando la vega de Vélez y amplias zonas de la Axarquía, y su fácil defensa natural que es reforzada desde un recinto amurallado, de unos 1.500 metros cuadrados, que se adapta al terreno, reforzado desde pequeños cubos macizos. Los muros originarios que se conservan son de los siglos XIII y XV y se construyen por medio de tapial de cal y arena, revestidos al exterior por hiladas de mamposterías y verdugadas de ladrillos. Con la invasión francesa, entre 1808 y 1810, fue reformada y posteriormente dejó de tener una función militar que produjo su total abandono con el consiguiente deterioro. Su torre y su puerta de acceso fueron reconstruidas en los inicios de la década de 1970.”

Luego nos perdimos para subir hasta Cómpeta, fue divertido nunca nos ha molestado el desviarnos por desconocimiento del camino trazado, después de todo a algún lugar nos ha de llevar y eso forma parte de nuestros viajes o escapadas. Aquí nos encontramos con lugareños que estaban recogiendo agua al principio del pueblo, los subimos al coche mientras nos contaban curiosidades del lugar y su vino. Ya en el centro de Cómpeta entramos a un bar chiquito y encantador con un sabor de sierra, donde fuimos muy bien recibidos, al salir el cielo se había puesto encapotado y caían unas pocas gotas de agua, compramos el vino del pueblo delicioso, en una casa particular, es costumbre que cada familia tenga hecho el suyo. Dar varias vueltas para ver sus calles estrellas empedradas. No nos dio mucho tiempo a más pues de la leve lluvia paso a una tormenta de granizo, nos cogió con su furia en plena bajada en el coche por una carretera comarcal estrecha llena de curvas. Hubo un miedo silenciado por ambos con un suspiro de alivio ya en la carretera recta para volver a casa.

Me gustaría volver por esta ruta de ambos pueblos, con mucho más tiempo y quizás uno o dos caminos más.

1 comentario:

Pedro dijo...

Que bien lo pasamos. Tenemos que volver a repetirlo niña.