jueves, 28 de octubre de 2010

Se rueda Acción

No puedo creerlo, de verdad me es imposible dar crédito a esta entrada.


Imaginaros día del puente pasado, esas cotidianas tardes de una fiesta entre semana en la cual nunca sabes como usarla.

Posibilidades ir a tomar copas, comida con los amigos, quedarte en casa enfrascada en la mudanza, ir a dar una vuelta viendo escaparates o lo mas socorrido, es como el fairy te saca de unos aprietos, ¡al cine, se dijo!

Suspirar aliviados le debemos muchísimo a los hermanos Lumière, si no llega a ser por ellos, cuántas días aburridos en la vida de todos.

Y como vamos chicas y somos aunque no lo digamos en el fondo muy en el fondo algo cursis, de toda la cartelera tachamos, aquellas de acción con actores macizos enseñando músculos sudorosos, torsos al aire y alguna vez que otra, un poquito de nalgas a la piel, las de terror que luego subir sola en el ascensor te da la paranoia no es bueno saltar al escuchar un ruidito de nada en esa maquina, se puede ir para abajo y adiós subida, dramas dónde es indispensable llevarte dos paquetes de clinex, si vas a llorar ¡que sea por alguna razón en tu vida! Y no por una actuación en la cual se ha cobrado millones, un poco de sensatez, las quinceañeras juveniles pues hoy no nos sentimos con muchas ganas de sentirnos más viejas, por lo tanto ¿cuáles quedan? Efectivamente las que nos recuerdan a unas lo solitarias que estamos y a otras lo engañadas que están cuando llegan a casa y la pregunta primera es “cariño no has hecho la cena”.

El paquete de palomitas el mayor que hay con su bebida correspondiente, ya me he quejado muchas veces de este pack, delicias de tantas palomitas incomodidad de caja y vaso. Los de mi lado me miraban mal, el vaso entre mis piernas abiertas mmmmmmm firme, grande, ancho rezumando gotitas de líquido, a mitad de mi cuerpo las palomitas para ir directas a mi boca, cualquiera diría que estaba en un cine X. Que también podría, pero no es el caso.

Luces fuera y comienzan los minutos previos para la película, en esos momentos con el hambre impetuoso que me entró tenía ya la cajita a la mitad, dan los diez primeros minutos terminó comilona ¡ñam, ñam!, interesantísimo el tema, poco común sin duda alguno nunca vivido, novia desencantada con el novio, novio que va a su mundo de su yo personal, novia desesperada ¡que no me pongo el traje de boda! Y hasta aquí puedo contar.

Qué no es por ser mala sombra, ni mucho menos, que os quiero mucho, es que no sé lo que pasó, veréis os contare un secretito, qué mas de uno debe estar imaginando ya “sí, confieso me dormí, como Aurora sin su Felipe”. Intento disculparme, la morriña después de saciar mi hambre, la sala oscurita con el murmullo de las voces, podría decir muchas otras excusas, el cansancio que lo tenía, el no haber dormido ese día, sea lo que fuera me dejo roncando eso si sin sonido acústico, no os vayáis a pensar ¡qué yo no hago ruidos al dormir! Y me desperté justo para un final empalagoso de eso de pastelería rosa. Total que salí pensando que el sueño fue mejor que toda la película, pues si en nada me gusto el The End, imaginaros si me veo el relleno, en vez de salir reparada hubiera salido enfadada. Démosle al César lo que es del Cesar y digamos que aprovechados los siete euros de la entrada. Qué algunos Irán para ello.

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