sábado, 6 de noviembre de 2010

Corteo llega a Sevilla

Creo, posiblemente, afirmativamente me acabo de enfadar.

Sí, de esos cabreos revotados, que sin saber muy bien, son como esas punzadas de tirones en las muelas, exactamente me siento así. Tengo el ceño fruncido, los labios apretados y con unas ganas locas de poder tirar un poco de vajilla a la cabeza de alguien, aunque en este caso sería mi propia cabeza, ¿optamos por darme coscorrones con la pared? Demasiado dramático.

Adicciones placenteras a mi gusto y disfrute, culturales tengo muy pocas, alguna que otra exposición, teatro o concierto, en resumidas cuentas se pueden contar con una mano a las que asisto al año, bien mejor meter las dos, no me vaya a quedar corta, que sobre y no falte, resumiendo ¡pocas a mi gusto! Es lo importante.

Estaba yo tranquilamente haciendo hora para el sueño, en vez de irme al salón a leer un rato como debí hacer, me quede enfrascada en la página de todos conocidos escuchando videos y viéndolos, ahora los videos llegan con propaganda… tachan ¡sorpresa!

No recuerdo si lo he contado alguna vez, una de las pocas cosas esperadas por mi cada año, es ver al Cirque du Soleil, tengo que convencer para poder ir, adquisitivamente no es dado para todos los bolsillos, algunas veces y según donde lo quieras ver y con quién. Como todos los espectáculos en definitiva, sólo que este, esté Cirque ¡merece todos los euros que vale la entrada! Es magia, pura en su estado más bello del arte escénico, es elegancia delicada, como un cremoso bombón que desprende mil texturas en el paladar, es un espectáculo inolvidable, en el cual no solo te levantas y aplaudes, sino que lo vives en todo su esplendor como parte de ti, la butaca se funde con el escenario, la música, las acrobacias, los colores, los personajes sus historias, te hacen entrar y formar parte de todo ello, por unas horas eres un ilusionista o un hado creando con ellos la perfección.

Es una de mis esperas durante el largo año, con sus trescientos sesenta y cinco días. Y cuándo he ido a mirar en que ciudades españolas estaría el nuevo espectáculo, esperanzada en la posibilidad de Málaga cosmopolita, veo que no es así, vendrán a Sevilla como un itinerario firmado en el cariño de los años, yo no estaré…

No tendré mi taza, no me sentaré a sentir, estaré a kilómetros de distancia, así será con todo, a pesar de estar entre dos capitales, no son dónde están mis cosas. Claro que estoy enfadada, dolida y rabiosa pero conmigo misma, ¡Cómo diablos me las voy a ingeniar para verlos! Juzgad vosotros si exagero.

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