lunes, 15 de noviembre de 2010

Hábitos

Comentaba con mí amiga Joana, mi lobita irlandesa, la forma de habituarnos a ciertas cosas.

Concretamente a las personas, en un medio como es Internet, donde es muy fácil comunicarte con un círculo amplio de personas. Recordé una frase que hay en una película, "tus amigas, no te tienen que caer bien". Reflexiono sobre ello.

¿Qué sentido hay entonces? Una persona se rodea de otras, formando parte de una vida cotidina, sino es posible con gustos iguales, si con un sentido práctico de un halo de comunidad, puntos de encuentros; donde el hablar, compartir, deben tener un entendimiento con su hilo conductor, llegando al final a una afectividad mutua, reciproca.

Es como entrar en una tienda, ver una prenda preciosa, probártela y obcecarte en llevártela, cuando no te pega el color, te favorece poco, te aprieta tanto que es incómoda, porque es una talla menos de la tuya. Traspasemos esta prenda humanizándola como persona.
Tanto en nuestras vidas fuera de un ordenador, como dentro de él, te hace sentir oprimida, cuando su punto de vista no concuerda con el tuyo, por mucho intentar hay mezclas que se cortan, prendas que llevan taras. ¿A caso no es mejor dejarla, en el mostrador? ¿Puede qué a otra persona, le vaya mejor? Y tú no seas la apropiada.

Es aquí donde llega el hábito, te callas por educación, aprietas los labios, cuando no te gusta lo escuchado, no siempre ha de gustarte, habrá momentos que ni tu pareja te guste, aunque el mal llegue cuando siempre sea así. No la apartas de tu vida, no te satisface, no la borras de tus agregados, en tantas variantes de programas o páginas sociales. Por el simple hecho, que te acostumbraste. ¿A sentirte mal, apretando los morros?

¿Qué nos lleva a tener que ser siempre animales de costumbres arraigadas? La ofensa posible, el que dirán, quizás. Yo lo veo de otro modo, la flojedad, la dejadez. No confundamos amistad con aquello que nos sienta mal. Se podrá tener amigos hasta en el infierno, pero no todos son válidos, ni buenos, ni deben ser amigos.

Mis amigos, sí han de caerme bien.
Porque comparto mi vida con ellos, no deben gustarme en cada momento, pero jamás, me han de hacer sentir mal todo el tiempo.


No hay comentarios: