miércoles, 24 de noviembre de 2010

Nuevo de viejo


A lo largo de la semana, hay días en lo que es mejor no pisar la calle, algunos dirán mejor no levantarte de la cama, pero esto es mas imposible.

Es tan fácil mirar y ver que hace falta por arreglar, te propones hacerlo todo en unas horas, allá vas como si te transformaras en dos segundos en una superwoman, personalmente prefiero ser Samantha la bruja, un movimiento de nariz y todo resuelto, ¡eso es eficacia y lo demás cuento!

Mientras te revuelves entre cajas que debieron de estar en la basura, trastos que deberían de estar en el contenedor, otras antiguallas que ya no usas ni vas a usar, te entran muchísimas ganas de parar. Total en pocos meses volverás a tener las bolsas negras grandes repletas, el espíritu de reformar esta dentro de ti es quien te domina, para no aparcar todo y salir corriendo.

Es aquí cuando ya lo ves todo en la puerta, el raciocinio llega a tu cabeza, miras con más detalle averiguando que hay cosas útiles, si se le dan otro enfoque. Pero claro en tu figuración no contemplas la posibilidad de hacerlas tuyas otra vez, tu brazo se vuelve elástico para alcanzar el teléfono, en un plin has dado con la persona perfecta para algunas cositas monas.

Lo mejor de la limpieza es tener, familiares, amigos o conocidos, dotados de paredes limpias, espacios libres o la habilidad de crear con lo viejo, si es realmente se le puede llamar viejo. El consumismo y la moda imponen de dos a tres años ya no vale para nada. Se debe a la capacidad de ser snob y sofisticada, la comidilla entre varias semanas de las amigas con sus envidias. ¡Que de tontería! Para rellenar espacios vacios en nuestras vidas.

Yo recuerdo los muebles de maderas nobles de mi madre, conste que algunos están en mi casa. Esos que eran para toda la vida de categoría y no de haya.

Ahora mismo tal con la mentalidad de cuando ya no se lleve se va al trastero, a los programas de recoger muebles o directamente a la calle y ya lo recogerán, comprar esos muebles bastos y de sensación de perpetuidad, no es factible.

También esta ese sentido de aburrimiento, te cansa tanto ver el mismo mueble, si se compraran como deben de ser, estarías mimándolo con cera y cuidando, orgullosos, pero no. Son muebles de un abrir y cerras los ojos, solo duran lo que sus dueños se sienten en la ola de la novedad, pasada esta ya son trastos para tirar, viejos aun cuando no tengan ningún arañazo y mucho menos rotura, servibles aun un par de años más, si tienes paciencia.

Con mucha facilidad le ponemos esa etiqueta de vejez, por eso lo mejor es tener alguien cerca, le darán otro provecho, lucirán con una nueva vida, para otros serán nuevos porque simplemente lo son. Lo que sí es raido, es la mentalidad consumista que nos roe por el cuerpo.

No hay comentarios: